sábado, septiembre 29, 2007

Yo Tengo Ya la Casita

Bueno regresé para pasar mi primera noche en la tan anunciada casa, ya estrené y aunque no fui de los primeros lo importante es la experiencia para mi, así no tenga mucho de trascendental y sí más de frívolo, lo cierto es que no todos los días se estrena casa y mucho menos recién salida del horno.

Independientemente de no tener cortinas, de que casi no hayan bombillos, que durmiera rodeado de cartones y sin saber dónde están la mayor parte de las cosas fue una bonita noche, aunque corta porque vi obligado despuntar al alba, cosa que no estaba en mis planes.

Fue bastante complicado dominar la llave del agua caliente así que tocó ducharse con la fría porque el tiempo acosaba, solo me pude poner la ropa que tenía a la mano porque la otra sigue en maletas, cajas, bolsas y demás, así como la mayor parte de las cosas. Luego de un trasteo uno siempre se da cuenta de la cantidad de cosas que tiene y nunca utiliza, eso que yo no hice el trasteo, más bien, cuando llegué, ya casi todo estaba listo.

Tocó estrenar muebles de sala y comedor, la cama no pero pronto pronto, la grifería es lo más de bonita y creo que el fin de semana me dedicaré a organizar todo lo mío antes que el trabajo demande viajar y ya no tenga la posibilidad. Espero invitar a lo más allegados para que compartan conmigo la felicidad del nuevo hogar, no es mi nido de amor pero es un buen nido.

jueves, septiembre 20, 2007

De Una Chocoaventura

Después de mucho tiempo de conocerte al fin uso esa palabra que creo te gusta tanto, antes la utilizabas mucho, ahora no sé, creo que sí, tu sabes que mi memoria es muy malita pero lo cierto es que de esos años sí que la utilizabas, hoy la uso para relatar una historia peculiar, de esas que no vivimos todos los días.

¿Alguno de ustedes ha montado en un toro mecánico? Yo no, aunque parece divertido cuando uno lo ve en las películas, o por lo menos lo parecía antes de la última situación en la cual me vi envuelto sin querer.

Cuando uno dura treinta minutos montado sobre un tubo en el platón de una camioneta a las cuatro de la madrugada por una carretera destapada se ve obligado a preguntarse en qué consiste su profesión, en un sentido menos riguroso del futuro profesional reflexiona acerca de los toros mecánicos y se plantea un post con la duda acerca de si elegimos las cosas o ellas nos eligen a nosotros.

El toro mecánico se balancea hacia adelante y hacia atrás, además gira de un lado a otro tratando de que el jinete caiga, pero si lo hace es sobre unas colchonetas que evitan cualquier lesión; cuando uno cabalga un tubo que se sale del planchón de una camioneta, el tubo se balancea hacia adelante y hacia atrás y además gira de un lado a otro tratando de salirse, con la vital diferencia que aquí hay que evitar que el tubo se salga y además que uno se salga también porque no existe línea de vida que ayude.

Creo que no todos montamos en toros mecánicos, y más bien pocos domamos un tubo, son esas cosas que uno mira en retrospectiva y se siente orgulloso de haberlas hecho, habla con los compañeros de trabajo y se engrandece en los cinco minutos que dura el cuento, pero en el momento de la ejecución solo sabe madrear y putear por su suerte, espera que en el futuro no se presentan más hechos por el estilo y sobretodo tratar de creer que su sueldo es suficiente para cubrir estas cosas y encima no denigralo como profesional. Cosas.

martes, septiembre 18, 2007

De un Cambio Fundamental

Luego de varios meses de vueltas y vueltas por fin me han comunicado que nos van a entregar la casa nueva, el tiempo en este asunto caminó muy lentamente y parecía que jamás nos iban a dar nada, pero ahora que la fecha se fijó y está bien cerca, muchos sentimientos cruzados se encuentran y ya no sé si estar feliz o no.

En primer lugar está la novedad, el olor a nuevo, conocer las mañas de la estructura y recomenzar con la organización de los muebles, los cuadros, la decoración, los colores, en fin, todo esas cosas que aunque no me emocionan mucho si consiguen que emita opiniones al respecto ya que al fin y al cabo es mi hogar permanente y pues soy yo quien permanece al frente gran parte del tiempo.

También está el dejar el apartamento, el lugar que fue mi hogar por varios años, ahí estudié más de la mitad de la carrera, pasé muy buenos momentos con mis amigos y otros no tan buenos, creó que ahí recibí la última estocada en mi formación para ponerle el pecho al viento, cuando me fuí para Venezuela lo dejé completamente funcional y cuando volví hubo que hacerle ciertos retoques pero de nuevo está en muy buen estado, así le demuestro mi cariño.

A pesar que la nueva casa queda más cerca al trabajo, no puedo levantarme más tarde porque tengo que caminar más, hay que conocer los nuevos vecinos, aunque en cinco años en el conjunto no conocí a ninguno, dejo a la vecina de la tienda que siempre fue amable conmigo, tengo que comprar una bicicleta porque si me falta un tomate no hay una tienda cerca en el nuevo barrio, en fin, evolución, renovación, cambio, adecuación, amanecerá y veremos.

miércoles, septiembre 12, 2007

De Vuelta a la Manigua

Definitivamente estoy algo sentido conmigo mismo porque no he podido actualizar éste espacio frecuentemente como me gusta, tanto así que he pensado en clausurarlo porque de nada sirve un blog en el que no se escribe, el que tiene tienda que la atienda dice el adagio popular y yo, por razones laborales, no he podido atenderla.

Ha sido tanta la desconexión que no pude celebrar con ustedes el aniversario de mi viaje a Venezuela, tampoco comentarles del cumpleaños de mi progenitora o del aniversario de mi abuelo, en fin, se pasó el mes y no se pudo cumplir con lo planeado aquí por estar cumpliendo con lo planeado en el trabajo, gajes del oficio; debo aclarar que no me quejo del laburo, sigo contento como lo estaba al principio y espero que el idilio continúe.

Ya me preocupa escribir contando que regreso a la ciudad porque ahí mismo salgo de nuevo sin previo aviso, así ha sido todas las veces y ésta no es la excepción, no termino de calentar la silla porque ahí mismo estoy de nuevo en el aeropuerto, ahora que comento eso, en estos últimos treinta días he volado más veces que en el resto de mi vida, me perdonarán lo tierruo pero así es la vida, no todos recorremos el mundo de la misma manera.

En estos tiempos de cambio todo ha sido favorable, el esperar con calma y tratar de hacer las cosas bien ha dado muy buenos resultados, me siento satisfecho y con ganas de trabajar más para seguir recibiendo buenos dividendos, en todas las áreas hay muy buenas perspectivas y con esa voz de aliento cualquiera se esfuerza, espero todo siga así.

Tengo tanto para decir y al mismo tiempo no mucho, creo que mejor dejamos así y espero por una próxima posibilidad.

miércoles, septiembre 05, 2007

De Cuando los Sapos Bailan Flamenco

Espero que alguien haya notado que éste espacio estuvo quieto la última semana, de ser así, le explico que de nuevo, por motivos laborales, estuve fuera de la ciudad y me fue imposible plasmar todas esas cosas que siempre quiero compartir. El otro problema es que en casi diez días suceden muchas cosas y tenía tanto acumulado para contar que ahora todo está confuso y solo puedo poner pequeños apuntes de la última experiencia.

Hablemos de lo laboral, sigo encantado con lo que hago, tengo la oportunidad de conocer lugares nuevos y de visitar otros que me recuerdan que no existe otro lugar en el universo en el que quiera estar, solo en ésta tierra; también puedo acuñar que la vida es más corta si no se disfruta y que los grandes placeres son solo la suma de pequeños placeres.

Pregunta: ¿Por qué los hombres se sienten más hombres cuando alzan la voz, manotean, insultan y retan a pelear? Realmente ya olvidé la razón, hace mucho tiempo decidí no volver a enfadarme y ahora no entiendo esos comportamientos, también decidí ignorar a esos pusilánimes y hacer de cuenta que son como mosquitos: Rondan y rondan y joden con su aletear, entonces si se decide meterse con ellos hay que acabarlos de una vez, pero nunca utilizar un cañón para ello.

Sigo pensando lo mismo de los sapos, son horribles, aunque prefiero verlos a encontrarme con una serpiente, no sé qué haría, los vi saltar y revolotear, casi bailar; aclaro que me refiero tanto a los animales como a las personas, muera y deje vivir, eso lo hace la vida más fácil, haga lo suyo y no se preocupe por lo demás.

No te extrañé tanto como me imaginé, el saber que no iba a saber de ti me hizo estar más tranquilo, pude dejar el teléfono en paz y me concentré solo en mi, de todas formas tenía nudos en la espalda y el masaje que me dio la negra Francisca ayudó pero no fue suficiente, si la ven por ahí le dicen que les de un masaje gratis porque le pagué mucho y se fue muy campante como si le hubiera quitado un dulce a un niño.

Creo que no es más por el momento, espero permanecer varios días acá para poner todo en orden, con todo y con todo.