Se acerca la tan renombrada fecha del fin del mundo según los mayas y lo único que me preocupa es que en la hora final voy a estar trabajando, como lo he hecho todo este año.
Me parece lamentable pensar que cuando todo termine no esté dedicado a alguna de mis actividades favoritas, que sea dicho no sé cuáles son, pero independientemente de eso, no quiero que el mundo se desintegre y yo esté haciendo algo que no disfruto.
Preferiría estar con mi familia, viendo el hongo nuclear acercarse, decirle adiós a todos con calma, haciendo balance acerca de cómo viví mi vida, si hice que valiera la pena, algo así como un final de película; pero me imagino que la realidad sería que estaría llorando y gritando como un desesperado, tal vez mojando mis pantalones y tratando de correr como una niña a ver si puedo huir de la devastación total.
No me preocupa que el mundo se acabe, porque tarde o temprano se acabará para mi, o el mundo desaparece y morimos todos o yo me muero y el resto de la humanidad ni se inmuta, pero el fin viene y llegará para todos, entonces no me altera, tengo la posibilidad de morir hoy y no llegar a la fecha de los mayas.
Me imagino que la tierra sería un mejor lugar si todos pudiéramos hacer lo que nos diera mayor satisfacción, eso sí, sin atentar contra la existencia y comodidad de los demás, pero la realidad es que conozco pocas personas que vivan así, algunos alcanza a disfrutar lo que hacen, pero no hacen lo que más disfrutan, me imagino que ellos son los que más se acercan a este ideal, yo no.