jueves, julio 18, 2013

De La Verdad Absoluta

Niego la existencia de la verdad absoluta bajo una simple premisa, para que una verdad sea absoluta debe ser cierta en cualquier lugar del universo, pero como no conocemos los confines del universo, ni siquiera sabemos si existen, entonces no es posible comprobar ninguna de las afirmaciones que postulamos como absolutas.

En cambio, las verdades relativas son el pan diario, los diferentes tonos de gris permiten que una sentencia tenga cierto grado de verdad dependiendo de quien la enuncia y por supuesto de quien la atiende.

Dicho eso, ¿Somo todos unos mentirosos relativos? Pues yo en particular, miento a gusto y disgusto, pero no soy un mentiroso, no siempre miento, como no siempre digo la verdad, absoluta o relativa. Alguien me preguntó mis razones para mentir, y la verdad es que no las sé, diría que lo hago por placer, porque puedo hacerlo, y tal vez lo hago bien, pero ninguna de mis mentiras tiene un implicación negativa ética o moral, miento cuando digo que no puedo cuando en realidad no quiero o tengo pereza, miento porque la honestidad brutal no está bien vista.

De niños nos enseñan que no debemos mentir, pero la sinceridad de un niño siempre es aplacada, se le enseña a dejar de ser inquisidor porque pone incómoda a la gente que lo rodea, a los majestuosos adultos que no pueden decir la verdad pero que no son mentirosos, digamos que son diplomáticos.

Entonces la gente nos cuestiona y nos pide por favor una respuesta sincera, ahí recordamos que la única sinceridad aceptada es la que implica lo que ellos quieren oír, no importa si es una verdad absoluta o relativa o una mentira gris, es solo la respuesta que ellos necesitan oír; y nosotros, como buenos borregos, les damos lo que necesitan para estar tranquilos.