miércoles, noviembre 26, 2008

De La Insoportable Levedad Del Ser

Después de casi una década pude volver a la historia de Tomás, uno de los personajes literarios que más me ha llamado la atención, ésto por su carácter complicado, su condición innata de casanova y su indecisión ante el amor, como para nombrar algunos de sus rasgos.

Cuando lo conocí me sorprendió su similitud conmigo, aunque nunca me he puesto a pensar si eso es algo bueno o malo, ya que aquellos que han leído el libro sabrán que él no es la mejor persona del mundo, la mayor parte del tiempo es egoísta y egocéntrico, vive su vida a su modo sin pensar en los demás.

Tal vez por eso siempre quise tener un ejemplar del libro, para digerirlo con más calma y analizar con detenimiento a Tomás; además, para poder rayar muchas de las grandes frases que su autor nos deja para masticar. Conseguí una edición con tapa dura, para poderlo llevar a muchas partes y minimizar sus daños, está un poco rayada en los comienzos del libro, pero bueno, era la única que había así que no tuve más opción, y eso que busqué en casi todos los tendales del parque, lo importante es que ya está conmigo.

Voy a darle de nuevo un repaso general, de principio a fin, para retomar el concepto global del libro, luego voy a llevarlo con más calma y con un lápiz en la mano que me permita subrayar para la posteridad esas grandes ideas que no debo dejar pasar o que por lo menos sirven para tomar una actitud crítica ante la vida.

Espero, que como la primera vez, me deje las suficientes enseñanzas para que deje de ser mi libro de cabecera a convertirse en el libro de mi cabeza.

lunes, noviembre 24, 2008

De una Rumba Karaoke

Buscando por aquí encuentro la definición de karaoke como una forma de cantar con la letra impresa de la canción y la música de fondo; tengo entendido que es una práctica muy difundida en el Japón, de donde viene su nombre y pues como toda moda aquí no podía faltar.

Primera vez para mi, con miedito pero con mucha decisión, le di como tres vueltas al libro de las canciones buscando una que se acomodara a mi estilo, bastante complicado porque no tengo estilo musical, ni oído ni voz ni nada parecido, veo tantas canciones conocidas pero cuando trato de entonarlas olvido completamente su letra, puro miedito, me sudan las manos y me tiemblan las piernas, y eso que ni siquiera he llenado el papel para programar mi tema.

La única moral son las otras personas que se enfrentan al karaoke y también al público, si todas esas gatas maullando reciben aplausos no puede haber otro resultado para mi, menos mal que todo el mundo viene a hacer el mismo ridículo y pues con esa disposición se logra olvidar el terror a la tarima; hay que aclarar que ciertos talentos musicales también hacen presencia en escena y lo único que se espera es no ser llamado después para evitar molestas comparaciones.

Como el resto de mi grupo no se decide por ningún tema, pasamos las peticiones con mi amigo, el más experimentado en estas lides, cuando de un momento a otro lo llaman para que haga su debut en el lugar. A todo pulmón lo ayudamos desde la mesa y la gente también lo acompaña porque la canción hace parte del colectivo popular, termina rápida y ronda de aplausos, no queda más.

Ronda tras ronda de improvisados cantantes soy consumido por el terror, cada llamado parece mi nombre y el tiempo no pasa, tengo la firme esperanza que mi petición esté refundida y no pase por la vergüenza, igual, a lo que vinimos vamos y si toca pues ni modo. Como dato particular logramos que llamaran a nuestras amigas quienes estaban más aterradas que yo, se subieron a la tarima y esperaron como cinco largos minutos para que luego el dj dijera que no encontraba la canción que habían programado y que pues gracias por el intento.

El final de la noche tuvo un cierre especial con el dúo de mis amigos cantando una bonita salsa que fue acompañada por todo el público, mientras eso prendieron las luces y nos despidieron sin más, salí invicto pero con muchas ganas de adquirir estas canciones y acompañar las fiestas navideñas con la familia.

Por si se pregunta que iba a cantar la respuesta es el vallenato La Creciente.

sábado, noviembre 22, 2008

De Pasó lo que Tenía que Pasar

La historia me la relataron más o menos así:

"... Él estuvo aquí, nos conocimos, nos hicimos amigos y al poco tiempo se tuvo que ir; éramos solo amigos y hablábamos mucho por teléfono ya que debido a la distancia no nos podíamos ver. Meses y meses pasaron en esa tónico, él me llamaba y yo lo llamaba y pues nada, solo eso, hasta que me dí cuenta que me gustaba y pues decidí darme una oportunidad con él cuando se pudiera.

Un día el volvió, estaba trabajando con otra empresa y regresaba a hacer su trabajo, él siempre me había dicho que era soltero, que no tenía mujer y tampoco hijos, yo nunca dudé de su palabra y creyendo eso pues lo fui a visitar al hotel donde se estaba hospedando; allá pasó lo que tenía que pasar, todo fue muy lindo y nos seguimos viendo varios días hasta que tuvo que partir, despedida normal, promesas de llamadas y hasta la próxima.

Días después de que se fuera me encontré con uno de sus excompañeros de trabajo, él me preguntó que si su "compadre" se había ido ya, yo le dije que si pero quedé intrigada con lo de compadre así que le pregunté, entonces su amigo me aclaró que él era casado y ya tenía una bebé de ocho meses de la cual era padrino, dicho esto me preguntó que si yo no sabía eso y ahí se me acabó el mundo..."

La historia no deja de ser de esas típicas donde un aprovechado va a un pueblo y enamora a una ilusa con mentiras y engaños, eso no tiene nada de raro, que me lo contara ella misma tampoco lo tiene puesto que la gente alcanza ese nivel de confianza conmigo sin yo saber por qué; lo que si me parece extraño, atípico, o mejor bien típico pero ridículo es la manera de mencionar lo que pasó en el hotel.

No es secreto para nadie que se revolcaron cuantas veces quisieron y ella tampoco trataba de meterme los dedos a la boca omitiendo esa parte, solo que utilizar esa frase como para tratar de minimizar los hechos me parece algo infantil, tampoco trato de pedir que diga que culearon hasta el cansancio o follaron o tiraron, pero un simple nos acostamos pues hace ver que es una mujer que lleva su sexualidad muy definida, sin tapujos ni mentiras.

En estos temas las actitudes directas, frenteras pero sin ser burdas me llaman mucho la atención, me gusta que la gente llame las cosas por su nombre, siendo sutiles pero sin dar lugar a dudas, como digo yo: Al pan pan y al vino vino.

lunes, noviembre 10, 2008

De la Hora de Morir

En el trayecto de regreso desde Neiva a Bogotá, venía algo ensimismado por no usar otra palabra, había estado en diferentes actividades durante el día y el cierre prometía ser algo más desordenado para sacarme de encima toda la responsabilidad del trabajo.

Total que venía durmiendo todo el camino, eso hasta que empezaron a pasar ofreciendo las bebidas del viaje y pues ya sabía que se acercaba la hora de llegada, todo normal cuando de un momento abro los ojos y casi instantáneamente el avión se movió de un solo lado como si algo se hubiera metido dentro de la hélice derecha, la cuestión fue tan fugaz que la mayoría de las personas levantaron las manos como tratando de aferrarse a algo o tal vez esperando que cayeran las máscaras de oxígeno.

Digo la mayoría porque para mi fue un segundo de paz, de absoluta tranquilidad, de comunión con el universo, tendrá mucho que ver con mi estado somnoliento pero sea cual fuere el motivo mi reacción no se pareció a la de nadie más, ni siquiera fui preso del pánico, solo pensé en lo que debería escribir y en lo último que pensaría antes una catástrofe de esa magnitud.

Y me sentí tranquilo, ya había hablado con mi familia durante el día, había dejado huella en muchas personas, me faltarían muchas cosas más pero ya no era hora de lamentarse, ya todo estaba consumado, si era el momento ya no quedaba mucho por hacer, me imagino que orar para que la muerte fuera lo menos dolorosa posible y sobre todo lo menos traumático para los demás, aunque creo que ni siquiera eso alcancé a hacer.

lunes, noviembre 03, 2008

De Una Esposa Deportista

La semana pasada, luego de hacer el cuarto recorrido buscando las gotas que perdí no se en donde, pasé por una de las canchas de la alameda y me pareció particular ver a un grupo de personas, hombre y mujeres, calentando para alguna actividad, daba vueltas alrededor de la cancha y parecían algo organizados, total que decidí que al regresar volvería a ver de qué se trataba todo.

Cuando regresé del paseo ya estaban organizados en equipos y jugando voleibol, parecían empleados públicos, como de aduanas o algo así, tenían entrenador y todo, la cosa parecía bastante seria, tenía que serlo para estar un día entre semana jugando a media tarde. Como en todo, habían jugadores buenos, regulares y malos, de ambos sexos, sin ninguna discriminación, pero entre todos ellos me llamaron la atención tres jugadoras.

La primera, un pedacito de gente de no más de metro y medio de estatura, delgada y con una cara agraciada, realmente no jugó mucho pero su actitud era interesante, de esas que están todo el tiempo metidas en el juego, que hablan mucho y se nota que disfrutan el partido, sus ojos eran muy bonitos pero al salir del encuentro permitió que me concentrara en las otras dos.

La segunda tenía una camiseta de una reconocida universidad, un chicle negro hasta los tobillos y ese aire que denota saber mucho del deporte y haberlo practicado con anterioridad; su cuerpo delataba algunos gorditos bajo la franela pero en general aguantaba, lo particular era que aunque se notaba su experiencia en el juego, cada vez que tenía la posibilidad de intervenir la terminaba cagando con unos errores monumentales que parecían más de principiante, tanto así que el resto de sus compañeros guardaba silencio.

La tercera dama, para mi la más encantadora, parecía algo mayor que las demás, vestía una camiseta grande y un bicicletero oscuro, el cabello recogido en una cola de caballo y la cara sin una gota de maquillaje. Fue fácil notarla porque cada vez que el balón caía estaba pendiente de sus dos hijos que daban vueltas por todo el parque, fue ella la que inspiró el post, lo hizo su actitud guerrera, su concentración en el juego, su rol de madre mientras se medía en el campo contra sus rivales, su juventud reflejada en sus movimientos, en fin, tendrían que haberla visto.

Me encantaría una esposa así, que a pesar de los años conservara ese comportamiento juvenil de deportista y persona vigorosa, que su familia ni el trabajo fueran excusas para tomarse un tiempo para ella y hacer algo que le gustara y que además, estoy seguro, la haría verse muy bien; nada de gimnasios ni píldoras ni cirugía, una actividad básica donde uno suda y se raspa y además hay un ganador y un perdedor. De esas como que ya no se consiguen.