miércoles, agosto 27, 2008

De Sé Feliz

Y matando el tiempo, recordando en silencio, me llega a la mente esta canción y la busco en la red y la encuentro interpretada por Luz Casal a pesar de relacionarla con Habana Blues y en fin, no importa, aquí se las dejo.



Si la soledad te enferma el alma
si el invierno llega a tu ventana
no te abandones a la calma con la herida abierta
mejor olvidas y comienzas una vida nueva
y respira el aire puro
sin el vicio de la duda
si un día encuentras la alegria de la vida
se feliz, se feliz, se feliz, se feliz
con los colores de una mariposa
vuela entre las luces de la primavera
si te imaginas que la lluvia te desnuda
juega en los mares que despiertan a la luna
y se feliz, se feliz, se feliz, se feliz
si la soledad te enferma el alma

jueves, agosto 21, 2008

De No Escribir

Vamos a ponerle acento argentino a este post, para que cuando lo leas le sientas el énfasis de reclamo y broma.

Y me pedís que no escriba luego de semejante acontecimiento en tu vida. ¿Qué pensás? Y luego me decís que tu no me diste permiso para hacerlo, que quién me autorizó, y la respuesta es lógica: Pues yhhho, yhhho me autoricé, éste es mi blog y yo digo aquí lo que se me viene en gana.

Y luego atacás mi lado débil y me lo pedís con cariñito, y como yhhho soy un boludo pues ya no se que hacer, que si escribir o no escribir, que definitivamente lo tuyo es importante, lo suficiente como para inspirarme, aunque debo declararte que ando corto y de pelea con la musa, o como leí por ahí: Con la moza.

Y entonces me siento a redactar, y busco ponerle un acento extranjero para que esto parezca una prosa de Cortazar, o tal vez una de esas películas argentinas donde citan a grandes poetas y el protagonista vive una vida bohemia. Sé que hubieras preferido un tema ibérico pero se me hace más complicado de plasmar, así que me quedo con la pampa.

y por supuesto que ya no sos una pibita de seis años, de no ser así no pasaría lo que te pasó, no me habrías dicho lo que me dijiste, sos una mujer grande, tal vez hecha y derecha ¿Qué se yhhho? Eso me decís pero como sabes no me consta, hay que ver para creer. Y este ejercicio como que ya se acaba, uno porque es bien complicado tratar de llevar un acento ajeno, y dos, porque no me aguanto las ganas de contarle a todos tu "secreto".

¿Qué me queda por decir? No sé, que seas feliz, muy feliz, que ojalá y ese boludo te llene de mates y de tangos, de cronopios y piononos, de besos y de amores.

viernes, agosto 15, 2008

De Malas en el Juego, de Malas en el Amor

Había olvidado por completo este leimotiv en mi vida, últimamente que ando en la onda de la felicidad y sin preocupaciones lo había dejado de lado, pero con la "pela" que me dio mi compañero ayer jugando guayabita recordé que a veces no se gana y otras veces se pierde.

Para los que no conozcan la guayabita es un juego de azar que se juega con un solo dado, si en el lance se saca uno o seis se pierde automáticamente y se debe pagar el mínimo apostado, si sale cualquier otro número se tiene la oportunidad de lanzar de nuevo y para ganar se debe sacar más que en el tiro anterior, por ejemplo, si primero sale un dos se necesita cualquier número entre tres y seis para llevarse lo que se apueste; les cuento que saqué muchos dos pero luego no era capaz de superarlos.

Nunca me he considerado una persona con suerte, por eso me mantengo alejado de los juegos de azar, trato de ser prudente con el dinero porque en estos casos se me escurre entre los dedos como agua, pero ayer fue una oportunidad para matar el tiempo, además la adrenalina que fluye en esos momentos tiene mucho de adictiva y retar al destino siempre es interesante.

Lo interesante de este juego es que no se pierde contra la otra persona, en el sentido estricto de la frase, más bien, se pierde contra uno mismo ya que el único que decide cuánto apostar y además lanza el dado es uno, así que no hay a quien culpar. No me puede quejar si perdí conmigo mismo, lo único es que "migo mismo" y yo nos quedamos sin la plata.

martes, agosto 12, 2008

Del Matrimonio y Otras Nimiedades

Teniendo en cuenta nuestra conversación, me parece que debes conocer las razones por las cuales abogo por el matrimonio.

En primer lugar me parece que el matrimonio es un bonito sacramento, hace ya tiempo que dejó de ser una antigua institución para convertirse en prueba verdadera de amor entre dos personas. Los tiempos han cambiado y con ellos nuestra comprensión del casamiento, ya no es un título que obliga sino una comunión de fe y lucha por un futuro.

Me parece que es el justo desenlace para una relación donde prevalece el amor, además donde las partes confían lo suficiente en el otro como para luchar juntos en procura de un futuro mejor. ¿De qué van a vivir? Pues si no se tiene una estabilidad económica toca vivir de lo mismo que se venía viviendo, arrimarse a la casa de los suegros o lo que sea, de todas maneras aunque el factor económico es importante no debe ser determinante, lo que importan son los sentimientos.

Cuando uno simplemente se "arrejunta" está predispuesto al fracaso en la relación porque sabe de antemano que puede huir cuando quiera, tal vez en el casamiento se genera un mayor compromiso para no dejarlo morir, pero, de igual manera, también se puede diluir sin inconvenientes, la sociedad ha crecido lo suficiente como para entender que cuando las cosas no se dan es mejor partir aunque se haya iniciado todo con la mejor de las intenciones.

En fin, creo en el matrimonio porque espero que cuando llegue la persona adecuada sienta una corazonada que me diga que debo dar ese paso, que alguien merece pasar el resto de su vida conmigo y yo la merezco a ella; creo en él porque no me imagino el futuro a solas, la vejez es para ser compartida y más por alguien a quien se le tiene o tuvo un grato cariño.

viernes, agosto 08, 2008

De Una Pregunta Para los Europeos

Recientemente estuve viendo el documental Sicko de Michael Moore, que como siempre realiza una dura crítica, en este caso al sistema de salud gringo, demostrando con testimonios los errores que todos conocemos pero nadie se atreve siquiera a denunciar y mucho menos a cambiar.

Algo que me llamó mucho la atención fueron las entrevistas con gringos en otros países tales como Francia o Inglaterra; ellos hablaban de las ventajas de residir en esas latitudes e incluso consideraban a Francia como uno de los mejores países para vivir con la familia.

Resaltaban detalles como jornada laboral de 35 horas, un mes de vacaciones, asistencia gubernamental en familias con recién nacidos, una semana para luna de miel, además de las ya conocidas salud y educación gratuita. No dudo que todas estas cosas sean ciertas, no hacen parte de ningún libreto dentro del documental, es más, contribuyen a despertar de nuevo en mi las ganas de salir de mi país y conocer tan espléndidos lugares.

A pesar de todo esto me asalta una duda, es obvio que para disfrutar de todas estas bondades necesito de un trabajo, no puedo vivir solo de la beneficencia, y es ahí cuando recuerdo las muchas historias escuchadas acerca de compatriotas que se van a vivir su propio sueño "americano", consiguen mucho dinero trabajando de sol a sol en unas labores que acá evidentemente no harían, algunos son profesionales que tenían una carrera con proyección en el país y deciden irse hartos de esta mierda tropical, pero... ¿Vale la pena todo el sacrificio?

Si usted se siente aludido y me considera un estúpido al escribir estas cosas, debe tener en cuenta que vivo con toda mi familia, que puedo disfrutar de un sancocho o una carimañola cada vez que quiero, que no se me salta el nacionalismo cada vez que escucho el Himno Nacional puesto que suena todos los días a las 6; obvio también me preocupa que me asalten en el bus cualquier día, que de pronto pase un mal rato por ir a ciertas partes del país, que me hagan un paseo millonario o me tome un trago adulterado, es evidente querido compatriota en el exterior que usted sabe las cosas que nos preocupan y me imagino lo tienen allá.

Entienda que yo solo conozco esta realidad, aquí nací y es éste el país que conozco, lo más lejos que he llegado es a Venezuela y como que sufrimos de la misma fiebre caribeña llena de corrupción y hambre. Probablemente usted disfruta de las ventajas que todos añoramos pero también creo que trabaja horas de más como todo buen colombiano y no tiene muchos momentos de ocio, si estoy en un error corríjame y deme ese último impulso que necesito para tomar una determinación.

miércoles, agosto 06, 2008

De lo que Obliga el Amor

¿Obliga el amor a ser correspondido? Es decir ¿Si yo amo a alguien debe esa persona amarme de vuelta? Obvio que no!!! A todos nos ha pasado que, sin darnos cuenta, formamos parte de una cadena de amor donde uno se enamora de una persona y esa de otra y así sucesivamente, siendo siempre el objetivo inalcanzable y mirando hacia atrás, al origen del cariño, con lástima y pesar.

¿Obliga el amor a ser incondicional? Mentira!!! Cuando al fin se conquista a la mujer deseada, luego de mucho intentar, la niña lo primero que trata de hacer cuando ya ha dirigido sus afectos hacia uno, es cambiarlo, se deben dejar de ver a los amigos, se debe ser más atento y considerado con ella, en fin, buscan una mejor versión de la pareja a pesar de haberse enamorado del que conocieron.

¿Obliga el amor a vivir encadenado? Pues no creo, el amor debería ser liberador, una experiencia que permita evolucionar y conocer límites inimaginables. Es como el proverbio chino, creo, que dice que si amas a alguien debes dejarlo ir, si regresa es tuyo y si no nunca lo fue. Algo popular y como para dedicatoria de chismógrafo de colegio pero igual sirve.

¿Obliga el amor a ser sufrido? Jamás!!! El amor es lo suficientemente bonito como para mantenerse alejado de peleas e intrigas, debe ser un estado de relajación acompañada, de planes a futuro y de posibilidades realizables. Ni siquiera cuando uno ama y ese objeto del amor decide irse se debe llegar al extremo del sufrimiento, es cierto que el mundo parece acabarse por la ausencia pero a pesar de todo uno se queda con los buenos recuerdos y el reconocimiento de la capacidad de amar.

Resumiendo creo que el amor no obliga a nada, así de bueno es que ni siquiera hay que seguirlo por seguirlo, solo tenerle respeto, nada de miedos ni de deberes, en el amor todo está lleno de amor.

lunes, agosto 04, 2008

De la Década en la Capital

Se me iba pasando el tiempo para conmemorar la llegada a tan floreciente ciudad, a la capital de mi país y eje económico, social y cultural del mismo. Más o menos por estas fechas en el año 1998 partiría de otra capital, la de mi departamento (estado), para instalarme en la gran orbe con la esperanza de haber tomado la mejor decisión para mi futuro personal y profesional.

Si descontamos el tiempo pasado en Venezuela y los períodos de vacaciones largos, pues no se han acumulado los 3650 días, pero para hechos prácticos doy por vivida mi primera decena de años en Bogotá.

Recuerdo que llegué lleno de ganas de disfrutar los diversos planes que ofrece la ciudad, la ciclovía, los museos, los conciertos, los parques, hoy, haciendo cuentas, creo que me sobran dedos de la mano para la sumatoria, y eso que siempre he vivido cerca a la ciclovía; la única vez que visité un museo fue porque estaba esperando a una novia que estudiaba cerca del Museo Nacional, de resto nada más, triste.

Recién llegado, cuando no conocía a nadie y mi jornada estudiantil terminaba a las 1 de la tarde, salía a caminar desde la 45 con séptima hasta el Parque de Lourdes para luego devolverme por la trece, sin parar en ninguna parte, sin entrar en ningún almacén, solo por el hecho de caminar y matar el tiempo. Ahora el motivo para no seguir en esos planes es que tengo televisor o si no las cosas seguirían igual.

Pasaron diez años de muchas cosas, casi un tercio de mi vida en ésta adorable ciudad, llena de ladrones, de huecos, de contaminación y trancones, pero definitivamente han sido buenos años, cuando estoy fuera siempre quiero volver, mirar los cerros por la mañana y desear que no llueva. Me siento congraciado por estar aquí así como espero que la ciudad se sienta orgullosa de tenerme.

viernes, agosto 01, 2008

De Volver a Vernos

Luego de mucho tiempo sin encontrarnos al fin se dio el tan esperado momento, pasaron muchos días, meses y años para que estuviéramos frente a frente, muchos intentos fallidos, citas sin confirmar y falsas salidas, en fin, lo importante es el balance: Positivo.

A la hora de la verdad parecía que el tiempo no hubiera pasado, fuimos los mismos hablando de lo mismo y compartiendo la misma sintonía, tal vez como diría Fito, fuimos Dos en la Ciudad, eso sí, sin el whisky ni la coca y evidentemente sin amanecer juntos, tampoco se le puede pedir tanto al cuerpo.

Hubo un momento en que me di cuenta que te estaba dando demasiada información pero ya no tenía reversa, así que lo único que hice fue preguntarte si todas esas cosas que te decían confirmaban el concepto que tenías de mi o por el contrario denotaban evolución y cambio favorable. Tu respuesta fue abrumadora: Sigues siendo el mismo, con unos kilos de más pero el mismo.

Ahí ya no supe qué pensar, si después de casi una década no hay cambio quiere decir que no se aprendió nada, aunque también dijiste que eso era parte de mi atractivo, seguir siendo el mismo, mantener mi esencia a pesar de la tormenta. Yo también te vi igual a la imagen que tenía de ti en mi mente, aunque tu cara refleja madurez y sabiduría, interesante, muy interesante.

Prometimos no perdernos de nuevo, mantenernos en contacto a pesar del viaje que se te avecina. Recordamos esa frase lapidaria con la que me terminaste: Nuestro no es ahora, espero encontrarte más adelante cuando nuestros caminos hayan agudizado nuestros sentidos. Evidentemente la fecha llegó, habrá que ver si los dos quedamos con la misma impresión.