viernes, junio 27, 2014

De Las Modas Viejas

Geeks, nerds, emos, hipsters, tendencias, movimientos, modas o como quiera que se llamen, llenan nuestras calles de personas que se ven particularmente similares; la individualidad es nada, tu ego es todo, lo importante no es pertenecer sino parecer, entonces, millones de accesorios, aparentemente sutiles y sin intención, sirven para decirle a los demás que la tribu urbana a la cual creemos pertenecer está por encima de la suya.

Entre todos esos accesorios hay uno que me tiene consternado: Los anteojos de antaño. En primer lugar sé que usted de está riendo porque seguramente alguien a su lado está usando unos así, en segundo lugar, pensó que tal vez me iba a referir a los pantalones, a los chalecos o a los sombreros, pero es que los sombreros merecen un post aparte, tuve un compañero de trabajo que pensaba que sus sombreros lo hacían ver como un cantante de boy band y no como una persona sin tino para vestirse que nunca afeitaba los cuatro pelos que le salían en la cara, les puedo adelantar que alguna vez, una compañera le señaló que una niña de quince años y él compartían el adorable sombrero.

Volviendo a las gafas, me pregunto en qué momento una persona decide que los lentes culo de botella, los marcos de carey y un puente que le cubre media nariz, son el accesorio que mejor pueden llevar. Hace mucho tiempo, en mi casa se guardaba una caja con cosas viejas que algún día podrían servir de repuesto de algo, entre ellas estaban unas gafas de marco café, que le cubrían al usuario desde un dedo por encima de las cejas hasta las comisuras de los labios, si todavía tuviera ese marco lo podría vender por mucho dinero porque además son de la época y durarían por siempre.

Hace un tiempo leí que en la primera campaña presidencial de Alvaro Uribe Velez, le propusieron a alguien ser su asesor de imagen, la primera condición que puso esa persona fue cambiarle la montura de los lentes, porque esas cosas viejas solo servían para que se viera más anciano; pues esas mismas cosas son las que usan los jóvenes de hoy pensando que son muy chic.

Tengo una conocida que fue un paso más allá y en lugar del clásico marco cuadrado de abuelito, optó por un marco que tiene una curva y termina en punta por encima de los ojos, para más señas, se los robó a una persona que actuaba en la serie Hechizada o alguna otra de esa misma época, sin pena puedo decir que las gafas de bruja deberían ser una herejía y quemada en una hoguera como tal.

Ojo que yo también usé lentes, mi miopía me obligó a usar esos accesorios por algún tiempo, entonces conozco de primera mano que si se busca una montura apropiada para la forma de la cara, ayudan más que un buen sombrero, no es que yo sirva de modelo pero puedo asegurar que nunca traté de parecerme a mi papá en ese aspecto; otra verdad de a puño es que por muy bonitos que sean unos lentes en la vitrina, no significa que pasará lo mismo en la cara de todas las personas.

El otro día mientras caminaba vi a una mujer con unos ojos muy preciosos ocultos bajo uno montura setentera, tuve tiempo para imaginarme preguntándole por qué había elegido esconder tanta belleza bajo un accesorio tan horrible, pero como la única vez que le hablé a una desconocida me fue tan mal, recordé que tenía que escribir este post que lo venía pensando desde hace tiempo.