domingo, junio 27, 2010

De Los Malditos Celos

Primero me persigues como loca averiguando si vamos a salir a alguna parte porque tu quieres venir con nosotros, es nuestra última noche en la ciudad y pues sería bueno que compartiéramos; luego que todo está casi preparado pero aún no tengo una respuesta exacta acerca de nuestros planes me preguntas que si quiero que te unas al grupo, te respondo que quiero que hagas lo que te haga feliz, me dices que eso no fue lo que me preguntaste y yo, para evitar caer en un círculo vicioso, te respondo que sí, que quiero que vengas.

Decidimos visitar un sitio donde sé que no te vas a sentir cómoda pero realmente no es tu noche, es nuestra noche, la de mis amigos y mía, así que hacemos lo que se nos da la gana. Trato de tenerte cerca y explicarte qué es lo que está pasando, me pides que baile, pero yo sé que no es tu tipo de movimiento aunque me dices que lo haga con otras niñas que están peligrosamente cerca nuestro porque quieres verme haciéndolo, me quedo pensando y decido darte gusto, uno por darte gusto y dos porque mis amigos no son capaces de hacer nada y me mandan como carne de cañón, así que manos a la obra.

Bailo, converso, me comporto encantador, sudo, me canso y decido volver al grupo, la música que ahora suena invita a unos movimientos más sensuales, movimientos que mis amigos ya conocen y reclaman de mi, qué más da, aquí nadie me conoce y aunque lo hicieran no me importaría, es cuestión de sentirse cómodo, de sentirse feliz. Las señoritas siguen peligrosamente cerca y yo despliego mi rutina para que los demás rían, pero resulta que ellas también se convierten en los demás y cuando me doy vuelta les estoy bailando y me siguen el juego, me dan unas cuantas ideas, yo me aburro y decido descansar e ir a buscarte.

Cuando te encuentro noto en tu cara un desagrado general, me imagino que puede ser por mi, por mi comportamiento, pero existe la posibilidad que sea por el ambiente, estás fuera del tuyo, aún así, en mi facilidad de ver la vida decido preguntarte y respondes de manera poco convincente que todo está bien, insisto de nuevo subrayando que tus gestos denotan enojo así que decides llevarme aparte para decirme lo que pasa.

Me preguntas que si quiero darte celos, te digo que no, que por qué te he ignorado toda la noche, te digo que no lo he hecho, que es más, estoy hablando contigo ahora, eso significa no ignorarte. Que me pediste que te enseñara a bailar y en lugar de eso estoy bailando con todas las demás mujeres del sitio menos contigo, que la chica que llegó y yo salí a saludar delante de todos está ahí sólo por mi, que el único motivo para estar ahí era para que estuviéramos juntos y yo no estoy contigo. Que fue tanta tu incomodidad que tus amigos te preguntaban que pasaba y tu ante tanto cuestionamiento decidiste irte a buscar a otra gente al otro lado del bar donode no pudieras verme.

Repites las mismas preguntas una y otra vez y mis respuestas son las mismas, solo sonrío y digo pocas palabras, te escucho con mucha atención mientras me repito que ésto no puede estar pasando, que tienes que estar bromeando, que la mujer más fresca sobre la faz de la tierra no puede sentir celos, me dices que para ti eso no existía hasta ésta noche y ahí creo en lo imposible. Me recuerdas que una vez me llamaste player y ésta noche te estoy dando la razón, me niego rotundamente mientras me río con fuerza, nada está más lejos de la verdad.

Arreglamos el problema decidiendo ir a bailar juntos, yo enseñándote y prometiéndote estar pendiente de ti lo que resta de la noche, bailamos algunas canciones muy lentas, me preguntas que por qué no te había enseñado antes y te digo que te vi bailando con alguien más y pues decidí seguir con lo mío, me dices, sin preguntarte que lo hiciste por ignorarte, que es mi culpa y veo que vamos a seguir con lo mismo así que decido callarte y acercarte mucho ante la mirada de los demás.

Luego suena una canción que me encanta y que los dos no vamos a disfrutar, además quiero bailarla con la chica que fui a recibir porque me encanta bailar con ella, entonces, en mi inútil racionamiento con las mujeres te pregunto que si ahora sí puedo ir a bailar con alguien, que en un minuto estoy contigo, me dices que sí y yo no reparo en nada más. Bailo un poco, bueno no solo un poco, lo suficiente como para salir empapado de la pista y deseando un trago que me calme la sed, te busco entre la gente y me acerco para darle inicio a Troya.

Que soy un idiota, que como me atrevo a hacerte ésto, que pensabas que me gustabas, que así no se trata a una mujer, que me dijiste muy claro que no hiciera eso, que no bailara con ellas y fue lo primero que hice, respondo que te pedí permiso y aceptaste, me dices que no tenías opción, que no podías decir que no, que cuando pregunté te hice enojar y no ibas a responder otra cosa, que simplemente te dejé ahí mientras me fui caminando por alguien más, que no quieres tenerme cerca, que te deje ir, que ya te vas, que nunca más quieres estar cerca mío. Me pides que te deje sola, que me vaya a bailar con todas las mujeres del bar, que tu ya te vas y no quieres dañarme la noche. Te pido una segunda oportunidad, aunque no sé para qué, me dices que ya me la diste, me niego porque la primera vez que bailé no sabía que te molestaba, tal vez la segunda aunque no entiendo por qué tanta molestia si no estamos haciendo nada malo, solo bailamos y conversamos, nada más.

En fin decides irte y te pido un beso de despedida, me insultas y te vas. Sigo bailando como si nada hasta que nos sacan del sitio como lo teníamos planeado. Llego a casa y te llamo, me tienes una sorpresa que jamás me imaginé, conversamos de nuevo acerca de lo sucedido y me preguntas por un motivo para hacer lo que hice, la verdad no lo tengo, me preguntas que si era porque ellas eran mejores bailarinas que tu, reflexiono y estoy seguro que algo tiene que ver, lo que no te preguntas es si tiene que ver con que te embriagas todos los días hasta perder el conocimiento, que la noche anterior te acostaste con otro tipo y según las malas lenguas ya van como cinco en lo que va corrido del viaje, que siempre te fuiste con tus amigos cuando te parecía más divertido mientras yo me quedaba ahí, mientras yo no te celaba porque conocía el tipo de mujer que eres, porque no existe una mujer en el universo que merezca que yo corra detrás de ella.

jueves, junio 17, 2010

Del Facebook Y Otras Idioteces

Luego de no sé cuántos años abrí una cuenta en Facebook. Primero voy a comentar por qué no lo había echo antes, eso es bien fácil, me parece bastante idiota tratar de estar en contacto con personas que simplemente se quedaron en el camino, si realmente me interesara estar con alguien no lo habría dejado perder, pero ahora, a través de ésta estúpida red algunos idiotas, con los que tenemos unos conocidos en común, me envían invitaciones de amistad como si fuéramos viejos compadres, para mi la amistad nunca puede ser virtual.

Entonces en menos de una semana tengo más de 40 amigos, me han etiquetado en no sé cuántas fotos, pero sobre todo, he recibido mensajes de felicitación por integrarme al mundo virtual. Pendejada!!! El mundo virtual ha existido y existirá mucho más allá de esa aplicación. Recuerdo que para cuando inicié este blog, mi hermana ya llevaba varios meses con el suyo y éramos muchos los bloggers en la red, ahora la cantidad ha mermado considerablemente y la gente escribe y lee menos, pero los que lo hacemos por el gusto de escribir y compartir seguimos constantes, para aquellos que era una moda, como el facebook, los blogs simplemente desaparecieron.

Entonces si pienso así acerca de la aplicación, por qué abrí la cuenta? Fácil, por la incompetencia de los demás, dicen que es una manera fácil de estar en contacto con las personas. Acasó antes no lo era? Yo tengo messenger, no se cuántas cuentas de correo, es más, hace como 15 años tuve amigos del exterior por medio del correo convencional, ese de sobres con rayas rojas y azules en los bordes, el del cartero, el que viajaba por barco y duraba meses en llegar, pero resulta que ahora si no es por facebook simplemente se pierde el contacto. Pendejada!!!

Podrían decir que al final, luego de renegar tanto, sigo el ritmo de la marea y hago lo mismo que los demás, pero me cuesta creer eso, primero para comprobarlo deberían ver mi perfil y mis fotos, segundo, estoy seguro que el experimento no durará mucho, porque las personas con las que quiero estar en contacto ya lo están, las otras, las nuevas, las de éste viaje, tienen mucho que caminar, pero si quieren hacerlo conmigo, se encontrarán con mis sorpresas tradicionales de comunicación, ahí ellas harán algo nuevo.

sábado, junio 12, 2010

De Lo Que Hay Que Esperar De Los Demás

Andrés me dijo algo muy cierto: Hay que hacer las cosas sin esperar nada a cambio. Yo le añado algo que aprendí de la vida hace mucho tiempo pero por mi forma de ser casi no practico: No hay que esperar nada de las personas porque entre más esperas más rápido y desde más alto te dejan caer.

Admito que no lo practico porque si hay algo que me gusta decir acerca de mi es que soy una persona leal, me gusta responder con creces la confianza que las demás personas depositan en mi, no importa cual sea la situación, me gusta creer que soy como un marine que no deja a nadie atrás.

Entonces, con esa tendencia que tengo a juzgar a las personas desde mi condición, como el ladrón, espero mucho y con mucha facilidad de los demás, entonces caigo rápido y desde muy alto, el golpe me destroza, pero como ya conozco la rutina simplemente me levanto, me lamo las heridas, de pronto escribo un post para desahogarme y continuo el camino, con más errores encima, con más cicatrices, pero dispuesto a seguirlos cometiendo a pesar de los resultados porque no puedo traicionar mi esencia, no quiero.

El dilema es si esperar o no de los demás, pero realmente ese no es el problema, como siempre es de tolerancia, es tolerar a los demás como son, entender que cada persona es un mundo y juzgarlos por lo que son y no por como somos nosotros, por lo que queramos que sean, el error no es del resto por ser como son, el error es nuestro por querer que el resto del mundo se nos parezca.

domingo, junio 06, 2010

De Táctica Y Estrategia

Tu misteriosa manera de ser fue lo que más me atrajo, mientras yo estaba ahí, tomando el sol en la piscina en mi bikini y todo el mundo me miraba tu no lo hacías, simplemente eras como indiferente, tenías puestos tus lentes y hablabas con tus amigos y me ignorabas. Eso me causó mucha curiosidad, tenía que saber que había detrás de esa misteriosa actitud.

La afirmación me produjo un gozo interno que hizo que se dibujara una leve sonrisa en mis labios, pensaba que al fin la táctica había dado resultado, luego de cientos de fallos al fin tenía una victoria, y ésta victoria valía todas las derrotas anteriores, al fin la reina de la fiesta a la que todos cortejaban había bajado de su pedestal para verificar por qué yo no le hacía la reverencia, y lo mejor, se había quedado prendada de mi indiferencia hacia ella.

Las mujeres siempre quieren ser atendidas, que uno las llene de presentes y halagos, quieren ser reinas y tenernos comiendo de la palma de su mano, yo también lo puedo hacer, pero lo que me diferencia del montón es el momento para hacerlo, cuando todos están arrodillados yo me mantengo de pie, no porque no me interese, simplemente porque me parece que los demás ya lo están haciendo, así que otra persona en lo mismo no tiene valor añadido, mi plus radica en darme la vuelta y caminar, si quieren saber por qué tendrán que averiguarlo.

Admito sin pena que nadie nunca antes se había detenido a pensar en eso, todas las veces me daba la vuelta y caminaba pero en solitario, no voy a decir que es la mejor estrategia pero realmente es lo que hago, bien o mal, pero lo hago y probablemente no lo voy a dejar de hacer, menos ahora que tengo una victoria, una victoria sólida, la saqué del estadio, eso sí, aún no mido las consecuencias del triunfo, porque la situación es bastante complicada, pero no importa, hay que vivir un día a la vez.