jueves, agosto 01, 2013

De Lo Verdaderamente Urgente

Esta semana viví dos situaciones que me hicieron reflexionar acerca de lo verdaderamente urgente en la vida, a partir de ellas tengo dos preguntas que espero lo hagan pensar al respecto, o por lo menos, a no actuar de esa manera cuando se encuentre con algo parecido.

¿Qué llamada es tan urgente que usted no puede apagar su teléfono celular durante un vuelo? ¿Es acaso tan importante que no pueden esperar una hora? ¿O dejar un mensaje de voz?

Los pasajeros tienen claro que tienen que apagar los dispositivos celulares, la azafata o auxiliar de vuelo lo repite como tres veces antes de despegar, las personas saben que afectan las comunicaciones de la aeronave y por tanto ponen en riesgo su seguridad y la de todos los demás, tampoco pueden contestar las llamadas porque saben muy bien que está mal que tengan el celular prendido, entonces ¿Por qué no lo apagan durante el trayecto? ¿Hay algo tan urgente que si no reciben esa llamada en el momento exacto cambiarán el curso de los acontecimientos?

Lo segundo ¿Es tan urgente tomar el siguiente bus que tiene que pararse en el borde de la plataforma y evitar que se cierren las puertas de la estación? ¿Cree que de esa manera el siguiente bus llegará más rápido? ¿Piensa usted que si no deja que las otras personas se bajen del vehículo podrá abordar más rápido? ¿Cree que las puertas automáticas son un accesorio innecesario y que es imposible que caiga de la plataforma?

 Muchas personas mueren atropelladas porque deciden atravesar la avenida en lugar de caminar unos metros y hacer uso del puente peatonal, ¿Hay algo tan urgente esperando al otro lado de la calle que vale la pena arriesgar la vida?

Es cierto que nuestra cultura es folclórica, todo lo tomamos a la ligera y decimos que no pasa nada, ¿Pero es esa suficiente excusa para no cambiar nuestro comportamiento? Así somos y así vamos a seguir siendo, si no lo hago yo lo hace otro, toda la vida ha sido de esa manera, tantas excusas por nuestro tropicalismo y facilismo.

Me pregunto si la persona alicorada que decidió conducir su automóvil y acabó con la vida de otras personas pensó que no iba a pasar nada, que ya lo había hecho otras veces y no pasaba nada, me pregunto si volvería a tomar la misma decisión.
 
Si usted se siente aludido por mis dudas quiero que se cuestione lo siguiente ¿Cuál es el motivo para hacer algo que sabe que no se debe hacer? Ojalá sea algo extremadamente urgente e importante, me imagino que tal vez así yo podría entenderlo.