viernes, septiembre 29, 2006

De los Tributos y Reconocimientos

Cuando se realiza una labor con todo el empeño posible y ésta genera los resultados esperados y en el mejor de los casos los sobrepasa con creces solo queda una cosa: Disfrutar del fruto de tus esfuerzos. A todos nos pasa igual en todo momento, los viejos se sientan a ver pasar el tiempo luego de haber maltratado sus cuerpos toda la vida, mientras, los jóvenes se enloquecen y disfrutan ese triunfo efímero como si fuera el primero, el único y el último.
Independientemente que se tenga la madurez suficiente o no, siempre deseamos en lo profundo y no tan profundo el reconocimiento dado por los demás, queremos ese espaldarazo sincero, las palabras de felicitación, los actos protocolarios y si alguien nos cargó (carga) bronca durante el proceso queremos que se muerda el trasero y en medio de la soberbia se arrodille y también nos felicite como lo hacen los demás.
Eso le da al triunfo un sabor también de venganza, pero no de la mala sino de la buena, donde tu vences a las dificultades y también vences al enemigo pero sin haberlo premeditado, fue un compromiso contigo mismo y por ende es más representativo, son nuestros propios retos los más difíciles de vencer, entonces se gana por partida doble; no pisoteaste a los demás para alcanzar el éxito pero si esas malas personas están por debajo tuyo en tu triunfo pues simplemente es más delicioso.
La cuestión es que a pesar del gustico no de eso se puede vivir, si las medallas al mérito dieran de comer pues más gente se entregaría por su país, si la foto en el cuadro de honor significara un trabajo seguro todos nos esforzaríamos más en nuestros estudios, si el empleado del mes representara más paga y menos trabajo todos seríamos mejores trabajadores, en fin; si se pudiera pagar el arriendo con todas las felicitaciones pues el mundo sería perfecto: Señora María, le doy diez felicitaciones y el resto en efectivo y saldamos la deuda, sería el cielo en la tierra!!!
Para mi esto hace parte de las paradojas del ser humano, de esa inconformidad natural que siempre nos adorna, si recibiéramos la paga justa entonces estaríamos descontentos porque nadie nos alienta a continuar, al fin y al cabo es nuestro trabajo y nos están pagando bastante bien para alcanzar esas metas y si, simplemente nos felicitan pues no alcanza ya que de eso nadie vive, evidentemente se puede pensar en un equilibrio pero no conozca a una persona que pueda decir eso, todos vivimos inconformes pero sobrevivir a eso es el reto de la vida.

jueves, septiembre 21, 2006

Trece, ¿Qué te parece? Trece!!!

El trece es un número cabalístico muy importante en nuestra cultura, ya bien lo explica el Sr. Dan Brown en su libro El Código Da Vinci donde ilustra el por qué del martes 13 y que en términos hollywoodenses se convirtió en viernes 13, o por lo menos eso asumo. Total que este numerito es de cuidado y se asocia con cosas malas o que no nos convienen, pero en esta ocasión hace parte de una reflexión.
El estigma que carga este número me hace pensar acerca de nuestros prejuicios, el 13 no tiene la culpa de nada y su suerte podría cargarla igualmente el 1 como el 69, pero es el pobre 13 quien la lleva encima e irremediablemente así será por mucho tiempo. De la misma manera en la vida, las personas cargan una cruz encima que no se merecen o que simplemente alguien les heredó sin preguntarles, sufren o sufrimos toda la vida por los prejuicios estúpidos y sin fundamentos de los demás.
A la hora de la verdad los que deben ser señalados son los prejuiciosos, pero eso no se dará en este mundo, tal vez en el otro, pero hasta que no sea comprobable continuará esta injusticia. De la misma manera el 13 será eternamente maldito hasta que el establecimiento celestial nos enseñe que solo importa este instante y lo que somos en él. Aquí voy a aclarar que esta es una bonita utopía que ni yo mismo puedo vivir pero me gustaría tener los cojones para vivir de esa manera, tal vez algún día.
Ahora que sobrevivo a un trece de manera conciente, me doy cuenta que no tiene la culpa de nada, que solo está señalado porque sí, que sólo es un número y será igual de importante y peligroso como el catorce y todos los venideros, este trece es realmente corto, debería preocuparme cuando fuera más duradero pero mientras eso llega no me queda más que continuar y pensar a cada paso que yo no lo sobrevivo a él sino él a mi.

sábado, septiembre 16, 2006

De las Causas y Azares

A veces nos esforzamos en hacer las cosas los mejor posible, aunque en lugar de a veces debería decir siempre, pero esto no se cumple; la cuestión es que aún cuando damos lo mejor de sí no conseguimos los resultados esperados, no importa que tan persistentes seamos, como lo intentemos, a que cosas renunciemos, independientemente de todo esto a veces simplemente no se da.
Para mi es cuestión del destino simplemente, es una piedra en el camino con la que tropezamos constantemente por que el universo así lo quiero, aunque a veces también pienso que si no se da es porque Dios o el universo o el destino o quien quiera que sea, simplemente no desea que pase. A decir verdad es bastante frustrante pero como últimamente estoy en una etapa de renovación en mi vida pues esta frustración se convierte en una risa irónica.
Total, ¿Qué más puedo hacer? No importa cómo lo intente simplemente no pasa, es como un muro entre lo que quiero que pase y yo, sea cual sea el motivo no lo entiendo y si entenderlo sirviera para que sucediera pues ahí si me arrancaría los cabellos y entraría en desesperación, entonces opto por disfrutar el momento y vivirlo con la máxima intensidad como me lo dijo alguien recientemente.
Estoy seguro que si alguien me lee, entiendo lo que digo, ha pasado por lo mismo y ambos sabemos que nos seguirá pasando a lo largo de todo este viaje, tal como dice Silvio:
Al final de este viaje en la vida quedarán
nuestros cuerpos hinchados de ir
a la muerte, al odio, al borde del mar.
Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir.
Por lo menos por eso es que estoy aquí.
Somos prehistoria que tendrá el futuro,
somos los anales remotos del hombre.
Estos años son el pasado del cielo;
estos años son cierta agilidad
con que el sol se dibuja en el porvenir,
son la verdad o el fin,son Dios.
Quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.
Al final de este viaje en la vida quedará
una cura de tiempo y amor,
una gasa que envuelva un viejo dolor.
Al final de este viaje en la vida quedarán
nuestros cuerpos tendidos al sol
como sábanas blancas después del amor.
Al final del viaje está el horizonte,
al final del viaje partiremos de nuevo,
al final del viaje comienza el camino,
otro buen camino que seguir descalzos
contando la arena.
Al final del viaje estamos tu y yo intactos.
Quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.

viernes, septiembre 08, 2006

Decálogo de los sonidos

Puesto que últimamente la música regresó a mi vida para alegrar mis jornadas de trabajo, hacérlas más digeribles y sobre todo, abstraerme de lo que pasa a mi alrededor, me decidí a rendir un tributo a los sentidos que son tan importantes para todos.
Esta primera entrega es un homenaje al sentido que me inspira a escribir, pero más adelante espero encontrar esas diez cosas que hacen de cada sentido algo maravilloso; cabe decir que el orden no representa su importancia, porque creo que hasta la más minúscula de las sensaciones es importante porque nos hace sentir vivos. Sin más preámbulo, con ustedes: El Decálogo de los Sonidos
1. El sonido del contador del cajero electrónico cuando retiras dinero. Sería perfecto si siempre nos diera dinero de más y además que el dinero lo pudieramos gastar como si fuera ajeno.
2. El sonido del ambiente cuando tienes la cabeza dentro del agua.
3. El sonido que se produce cuando enciendes un fósforo, recuerden la imagen de entrada de Misión Imposible, la serie por supuesto.
4. El sonido de las llaves del otro lado de la puerta cuando esperas impaciente a alguien que debe llegar.
5. Las primeras notas de la canción que siempre te recuerdan a ella y te la traen a la memoria no importa qué tan concentrado estés.
6. El sonido del aceite caliente en la freidora cuando pones un buen trozo de carne, creo que este es un deleite multisensorial porque involucra, el oído, el olfato, la visión y el tacto, además en un instante posterior involucrará el gusto.
7. La voz de la persona que amas, claro que si es diciendo cosas bonitas porque para discutir ninguna voz es un deleite.
8. El sonido que produce una estrellita, chispita mariposa, luz romana o como quiera que le llamen en su tierra, cuando está encendida. Se asemeja mucho al de la cerilla pero la diferencia es que éste evoca otras épocas, las navidades de la infancia, los recuerdos de otras época, mientras la cerilla siempre es algo más íntimo e instantáneo.
9. El rugir del motor de tu vehículo nuevo, nunca he estrenado nada con motor pero he visto ese resplandor en los ojos de propietarios que me hacen incluir éste sonido en mi listado.
10. El sonido del silencio o mejor, el sonido de la naturaleza, ya que aquí se concentran todos los sonidos naturales donde estás solo tu y ese sonido, el del mar, el del viento contra los árboles, el de los pájaros al amanecer, en fin, tantos placeres celestiales hechos mundo.
Este decálogo es bastante personal y como todo habrá personas en desacuerdo, pero la idea es que aporten más sonidos fundamentales que se me quedaron por fuera, además, con eso sabré que alguien me lee.

sábado, septiembre 02, 2006

De las Guerras Luchadas y las Batallas Ganadas

La vida en general es una batalla perdida, después de tanto luchar siempre mueres, así hayas batallado como el mejor no te queda tiempo para disfrutar las mieles de la victoria, somos esos héroes inmolados y lo único que permanece son los recuerdos que los demás tienen de nosotros, cuando nadie te recuerda definitivamente has muerto, así sea en vida o en la muerte.
Pero a pesar de ser perdedores y asesinos por naturaleza, hay ciertas batallas de ésta guerra que nos dan alegrías momentaneas, placeres instantáneos que nos hacen creer en la felicidad eterna, dulces tragos con sabor a gloria después de duras jornadas.
Como todo en la vida, estas batallas son diferentes para cada quién, pero en general todos hemos sentido ese bichito que revolotea en el estómago, ese estado especial donde solo tu importas y eres el rey del mundo, donde nadie puede acompañarte porque el éxito también es solitario, donde deseamos que el tiempo se detenga y no tener que seguir peleando más con la vida misma para vivirla bien.
Buenos, pues resulta que estos últimos días para mi han estado llenos de ese tiempo congelado, gané una batalla que parecía iba a acabar conmigo, encontré miles de obstáculos en el camino y casi me hacen desfallecer, pero mi terquedad pudo más y todas las noches sin dormir planeando una estrategia hoy rinden frutos; además, como pocas cosas en la vida, gané una batalla dentro del tiempo estimado, eso sí, sobre la hora límite, pero es que se necesitaba mucho más dramatismo para el buen final.
Ahora me siento como la estrella de la noche, no porque me lleguen muchos reconocimiento sino porque cumplí un objetivo trazado, porque alcancé una meta y lamentablemente eso no es cosa de todos los días, gané una batalla y estoy disfrutando esta victoria como pocas del pasado, la satisfacción personal sobrepasa cualquier espaldarazo, solo yo conozco mis desdichas y por supuesto, solo yo conozco la magnitud de mis triunfos. Mientras regreso a la realidad, solo me queda una cosa por hacer: DISFRUTAR!!!