jueves, febrero 28, 2008

De una Encrucijada

Estos han sido días tensos en el trabajo, cargados de una densa capa de incertidumbre que me tiene pensando más de lo prometido, las cosas dieron un viro fuera de curso y ahora tengo muchos caminos por los cuales agarrar, cosa que preferiría fuera de otra forma.

La situación es simple: Me ofrecen algo que no me gusta, en un lugar que no me gusta, a hacer algo que no me gusta, en condiciones completamente desfavorables y sin luz al final del túnel. Fácil dirían ustedes, rechazarlo y ya, pero lo que pasa es que donde estoy ahora se convirtió en una posición que no me gusta, en un lugar que no me gusta, haciendo algo que no me gusta, en condiciones completamente desfavorables y sin luz al final del túnel.

Existe otra opción que llena más mis expectativas, me ofrece seguir por una rama profesional que me gusta, que tiene futuro y me permite adquirir conocimientos en otras áreas, el único inconveniente aquí es que la persona que tiene el poder para llevarme por ese sendero considera que mi desempeño no da la talla para cumplir con esa labor. Mejor dicho, no sirvo para esa mierda y entre más lejos me tenga es mejor.

Esto parece el típico triángulo amoroso donde uno se traga de una vieja que está tragada de otro estúpido que no le interesa, o si le interesa es solo para llevarla a la cama y ponerle los cuernos a cada oportunidad. Lo único es que la vieja siempre sigue mirando hacia arriba y jamás consideraría estar con uno, mientras yo, tengo que pensar bien que voy a hacer antes de quedarme en este mismo bache profesional.

lunes, febrero 25, 2008

De Romper una Promesa

Detrás de una promesa siempre existe el deseo de hacer algo, bueno o malo, pero generalmente bueno, muy bueno; los motivos son variados pero casi siempre positivos, lo que se busca es cumplir un objetivo que sirve para engrandecer algo.

Si uno tiene la voluntad de hacer algo bien o para bien, ¿Qué motivos son suficientes para no cumplir lo prometido? Evidentemente la falta de fuerza de voluntad contribuye para desfallecer, yo creo que es la razón más común para caer, no se es lo suficientemente fuerte para conseguir lo deseado, o mejor, para sostenerse en el lugar al cual se llegó por medio de la promesa.

Existen motivos más banales, más instantáneos, son buenas excusas para rendirse, aunque a decir verdad cualquier excusa es buena para no esforzarse, lo importante es el resultado de la acción que sea cual sea el motivo viene siendo el mismo: Romper la promesa.

Lo digo para justificar mis acciones del fin de semana, para sentirme más cómodo con el haber hecho algo que me había prometido no hacer, ya llevaba un buen tiempo sostenido en mi deseo, pero me dejé vencer sin poner mayor resistencia, no importa, valió la pena, por lo que pasó, por la compañía, por el rato.

Como sería de bueno que Pachito cerró la noche diciendo que se había enamorado, realmente yo también aunque nunca pensé que íbamos a coincidir en el hecho y menos en la persona, no importa, ojalá los vídeos que grabé sirvieran para algo, tal vez así entenderían el porque de los afectos.

Con respecto a la promesa, tengo que empezar de nuevo, seguir contando los días para no caer de nuevo, para sentirme menos mal puedo borrar esa noche de mi memoria y continuar como si nada, a la hora de la verdad no fue mucho, pero si es cierto que una promesa no se rompe ni poquito ni mucho, solo se rompe, yo la rompí, pero de nuevo no importa, valió la pena, y la rompería de nuevo sin dudarlo.

viernes, febrero 22, 2008

De Romance Quinceañero

En unos días de nostalgia, recordando a Goyo, al compadrito, a Iriana y a todas las personas que se conocieron en Venezuela. Una canción que conocí allá y me gusta mucho, aún recuerdo la primera vez que la escuché y me imagino que es como el himno de esa etapa de mi vida.



Hija de un doctor
de alta sociedad
acostumbrada a tener todo en su hogar.
Quince años cumplió
y es la hija menor,
dan una fiesta de cumpleaños en su honor.

El diario anunció
todo en pedestal
asistiría la clase de la ciudad.
Alguien contrató un grupo musical,
música criolla porque eso quería el papá.

El día llegó,
todo iba normal
cuando llamaron al conjunto para actuar
pero algo pasó
cuando al cantar
un jovencito echó su verso a improvisar,
a improvisar.

Que lindo rostro que tiene usted señorita
esa mirada deslumbra, sorprende, incita
a besar su boca
linda cumpleañera
que Dios la bendiga.

Ella al mirar al cantante le dio una sonrisa
nació la magia que llaman amor tan deprisa,
y a la media hora
ya hablaban a solas
se enamoró a primera vista.

El tiempo pasó,
el amor creció,
pero a escondidas, el padre no se enteró.
Ella dio su amor,
él lo recibió,
y en cuerpo y alma se entregaron con pasión.
Ella prometió,
él también juró,
quererse hasta la muerte con la bendición de Dios.

Pero algo ocurrió,
su cuerpo cambió,
crecía en su vientre el producto del amor.
Su padre notó
su cambió exterior
y sin dudar de una vez le preguntó:
¿Quién te embarazó?
y ella fuerte contestó:
El hombre que amo, aquel cantante del folclore,
mi gran amor.

El padre herido, angustiado, enojado le dijo:
Yo no permito que traigas un hijo,
que va a decir
la alta sociedad
si no te has casado.
Aquel papá la obligó a practicarse el aborto
donde murió ella también al instante.
Alguien preguntó:
¿Quién es el culpable?
Hay que castigarlo.

El padre contestó:
Fue el novio quien planeó
sin mi permiso el aborto en que murió, mi niña.
Con su dinero condenó
y en la cárcel encerró
aquel muchacho inocente del error cometido.

Y quiero confesarles que ese pobre muchacho no soy yo,
yo solamente canto
la historia que en la cárcel
él mismo me contó.

miércoles, febrero 20, 2008

De la Cara de Ogro

¿Recuerdan a Shrek? Por supuesto que lo recuerdan, me refiero a si lo recuerdan en la primera película, mejor dicho, en los primero minutos de la primera película, cuando los personajes de los cuentos infantiles van poblando su pantano y él se enoja porque ocupan su espacio vital y entorpecen sus actividades, estoy seguro que ahora si lo recuerdan.

Shrek es un ogro, y su actitud debe ser tal, debe inspirar terror para que la gente no se tope con él ni quiera molestarlo, pero por encima de eso, Shrek no quiere ser molestado, no se mete con nadie para que nadie se meta con él, se mantiene en su refugio sin una vida pública ni nada parecido, vive feliz, completamente absorto en sus actividades y con el deseo de vivir tranquilo su vida. Bueno, pues ahí me siento muy identificado con él, con su actitud ante las cosas, yo sigo su filosofía tal cual en mi trabajo, aunque como es obvio y le pasa a él, la gente tiene que llegar a molestar.

Colindo con la filosofía del Live and let die, esa donde cada quien hace lo que le plazca mientras no moleste a los demás, evidentemente parece que la gente a mi alrededor no considera lo mismo, aquí uno debe tener un sonrisa hipócrita en la cara para que los demás se sientan mejor conmigo mismo, para que sus actividades normales no se vean entorpecidas por mi actitud, como si les importara, como si el humor de un compañero fuera lo suficientemente importante como para preocuparse por él.

Es obvio que si uno llega con cara de ogro alguien se siente, pero parece que también la actitud distante es una amenaza para los demás, ya lo había dicho antes, no importa hacer las cosas bien, de manera eficiente, con puntualidad, lo importante es que se haga con una sonrisa de satisfacción por el trabajo cumplido, como si realmente el trabajo diera satisfacciones.

No recuerdo bien una frase que escuché de algún filósofo definiendo el trabajo o el sueldo, era algo así como la retribución por mantenerse en un constante estado de insatisfacción, mejor definición no he encontrado, pero al parecer solo yo manifiesto mi insatifacción.

* Post número 150, un largo camino se ha recorrido, algún día los leeré todos. Gracias.

viernes, febrero 15, 2008

De la Urna de Cristal

Este post contiene visos que a primera vista pueden parecer machistas.

Cuando me preguntan por mi mujer perfecta siempre respondo con un proverbio árabe que una vez leí en el periódico: Que tenga más de un metro de piernas, más de tres dedos de frente, que no crea todo lo que oye ni diga todo lo que escucha. Ahora me doy cuenta que a eso le debo añadir una característica: Que haya vivido en una urna de cristal hasta el momento justo en que me enamore de ella y sea correspondido.

Probablemente ustedes lo consideren algo tonto, pero no pueden juzgarme por anhelar que la mujer de mi vida haya permanecido en una urna solo para mí, que haya estado aislada de todo mal y que baje de allá para vivir la vida con toda intensidad solo a mi lado, que conozco de todas las cosas pero no porque las haya hecho sino porque se ha instruido lo suficiente para mi, lamento si no es del agrado de todos, total, es poco probable que esa persona exista.

Yo creo que lo que incomoda del pasado de los demás es no haber estado ahí, no ser protagonista y ver el brillo en los ojos de la otra persona recordando los momentos, pero sobre todo las personas, el ser el centro de nuestras vidas no es suficiente, también hay que ser el centro de los demás.

Es obvio que yo también he vivido cosas, solo que trato de dejarlas lo más atrás posible ya que es lo que le pido a quien está conmigo, lo único que rescato de ahí son las lecciones, las cosas aprendidas, la moraleja del asunto, lo demás es como el bagazo, el sobrante molido que ya no tiene sustancia.

No te imaginas lo que daría porque todo eso no te hubiera pasado, porque yo fuera tu pasado, tu presente y tu futuro, eso nos tendría las puertas abiertas, pero en lugar de eso ya ambos sabemos esto dónde va a parar.

martes, febrero 12, 2008

De Muchas Cosas

Inicialmente este post iba a servir para comentar un error que cometí, un error de principiante que espero no me pase factura, o mejor no una tan grande; pero resulta que al siguiente día cometí otro error más grande y más estúpido y terminó agríandome el fin de semana que de por sí ya no iba tan bien, en fin, la vida es así, eso diría para seguir adelante hasta que llego a la oficina y me encuentro con un problema de magnitudes mayúsculas que pone en riesgo mi reputación y sobre todo mi puesto.

Primero lo primero, error de principiante, de niño quinceañero con las hormonas alborotadas, error por no seguir mi instinto el cual me ha alertado en varias oportunidades y al no hacerle caso me han pasado otros cacharros, así fue el día que me robaron la palm, presentí que debía revisar si le había echado llave a la puerta, no lo hice y se perdió el aparato, o la vez que me robaron en la casa, sentí que no debía separarme del viejito y el muchacho, de nuevo perdiendo. Dicen que así se madura, pues parece que me falta mucho para no meterme unos autogoles que me hacen llorar.

Ya con el ojo afuera no hay Santa Lucía que valga así que ni modo, perdón, lo siento, sigamos adelante, las consecuencias las sufriré, aunque espero que reflexiones y no hayan consecuencias, lo manejemos de manera local y prometo no volverme a equivocar de la misma manera.

La disculpa de arriba también sirve para el otro error, solo quería una pregunta tuya y nunca se dio, me quedé esperando a pesar que algo me decía que debía actuar o pasaría un mal rato, las palabras hieren, tanto como lo hace el silencio, las acciones matan, tanto como lo hace el dejar de hacer. Todo hubiera sido tan distinto si alguno de los dos actuara diferente, pero bueno, ya ni modo, cada vez estos problemas son menos frecuentes entonces me imagino que estamos creciendo juntos, no madurando, solo creciendo.

Por último la oficina, llegué con ganas de hacer lo presupuestado, que no era mucho pero sí significativo, hasta que me estrellé con un muro infranqueable, el portátil que debía prepara había desaparecido sin dejar rastro, averigüé con los posibles encargados de la situación y nadie da razón, total, a hacer lo inevitable, hablar con la jefe y contarle lo sucedido.

Si usted es trabajador y lee esto dirá que son las cosas que pasan, pero si es jefe o dueño tal vez, comentará que para eso tiene a alguien encargado y que debe responder por el error, así no sea del todo mi culpa, lo es por ser inocente y pensar que la gente es como yo, pero a la hora de la verdad yo no boté el equipo ni fue descuido, simplemente alguien más vivo que yo hizo lo que quiso y ahora siento mi puesto tambalear lamentablemente.

Así es la vida, no queda más, somos barcos a la deriva y nuestras acciones no siempre sirven para corregir el timón.

jueves, febrero 07, 2008

De un Weekend Movido

¡Tremendo fin de semana! Mejor: ¡Tremenda semana! Tuve una semana, comenzando el jueves, de bastante movimiento y ajetreo, de aeropuertos, transportes, ciudades, trabajos y poco sueño.

Tres aeropuertos en tres días, ya casi rompo mi récord de vuelo impuestos el año pasado también por el trabajo; dos nuevos aeropuertos para conocer, eso sí a las carreras porque casi me dejan los aviones, cinco horas en camioneta comiendo polvo y todas las noches de mal sueño, durmiendo como perro de taller tirado en cualquier espuma o en su defecto dentro de un camión.

Dicen que así es la vida de este gremio, pero resulta que yo no me considero del gremio, me considero un jornalero más que hace lo que le mandan por un sueldo modesto. Mis compañeros de aventura acusaban que un ingeniero no debe dormir echado en cualquier rincón a lo cual yo corregía que ninguna persona debe pernoctar de manera incómodo independientemente de su cargo.

Estos viajes siempre son positivos porque se sale de la rutina, porque se conocen muchas personas y se aprenden cada día más cosas, pero las condiciones en las cuales residí no fueron las mejores, regreso a la capital molida y lo peor de todo con la idea en la cabeza que me van a volver a enviar a la misma lucha.

Resignación, no hay más, en su defecto conseguir otro trabajo mejor, pero el palo no está para cucharas, cuando no hay más con mi mujer me acuesto, y como pasó este fin de semana: Ni con ella me pude acostar.