jueves, julio 27, 2006

miércoles, julio 19, 2006

11 Razones por las cuales agradecer

1. Estoy vivo y soy libre, dependo única y exclusivamente de mis decisiones, hago con mi vida lo que quiero y mis obligaciones y deberes son para conmigo mismo, a nadie le debo y a nadie perjudico con mis cosas, excepto a aquellos que deseen sentirse mal pero aunque lo intenten no podrán culparme.
2. Estoy joven y todavía tengo tiempo para cumplir mis sueños, para hacer las cosas que quiero hacer, para conocer los lugares que quiero conocer y contemplar las maravillas del mundo; aunque como dice la canción: "... no hay nada como regresar a la patria".
3. Estoy sano o mejor dicho no estoy lo suficientemente enfermo como para sentirme limitado en algún aspecto físico, todavía puedo rumbear hasta el amanecer y comer sin reparos, no es completamente cierto pero lo hago.
4. Tengo a mi familia y a pesar de la distancia cuento con ellos, sé que estarán siempre para mi como yo para ellos, sé también que el camino trazado es diferente para todos y que cuando decidimos irnos todo cambia, pero estoy seguro que cada vez que desee hacer un alto en la jornada contaré con su apoyo para refugiarme y retomar fuerzas.
5. Tengo a mis amigos en diferentes partes del mundo que me apoyan y están conmigo como si fueran otra familia, no son incondicionales pero si igual de tolerantes, no son perfectos pero están conmigo y eso es lo que importa.
6. Ella, que aunque no esté conmigo me motiva a ser mejor, a estar preparado para su encuentro, a esforzarme por eliminar su ausencia, por reunirme con ella y hacerle ver que valió la pena cada minuto.
7. Un motivo por el cual agradecer es poder cuidarme, es poder satisfacer mis caprichos sin preocuparme por nada. Todos sabemos lo bien que se siente darse gusto en el momento justo, pues yo lo hago a gusto y disgusto, aunque en ningún momento mis caprichos se asemejen a los de ustedes, sé que la sensación placenera se asemeja bastante.
8. Brindo por las decisiones pasadas, porque la suma de todas esas encrucijadas me tiene donde estoy, porque es mi decisión permanecer y será también mi decisión irme.
9. Por la decadencia del sistema que me permite ser un prófugo clandestino, un alienado derrotado con tintes melancólicos, un heraldo de ideologías y al parecer un poeta frustado.
10. Estoy solo y es una razón fundamental por la cual agradecer ya que nunca estaré peor, siempre se dice que cuando se toca fondo sólo existe una dirección para tomar y es hacia arriba, hacia la superficie, entonces, en algún momento estaré mejor de lo que estoy lo cual tampoco está nada mal.
11. Por último doy las gracias por el mañana, porque cuando sea hoy sea mucho mejor de lo que me imaginé, porque cuando el futuro sea presente mire el pasado con lágrimas de alegría más que de tristeza, porque pueda regocijarme de estas letras.

sábado, julio 08, 2006

De los Angeles y la Casualidad

Inspirado en una historia de la vida real.
Una gran amiga que tengo estudió un tiempo en Inglaterra, antes de regresar al país hizo un tour por Europa; allí se le presentó una situación muy particular:
Estando en una ciudad de Francia (creo), se pierderon con su hermana y su amiga y necesitaban tomar el tren para continuar su recorrido pero no existía manera de encontrar a alguien para que les dijera como llegar a la estación, mientras daban y daban vueltas buscando a alguien se fijaron en un perro que las seguía a todas partes, nada anormal para un perro callejero, lo extraño era que no llevaban nada de comida ni habían tenido contacto con algo que tuviera un olor llamativo para el animal.
Puesto que las esperanzas se agotaban lo único que se les ocurrio fue seguir al perro que tenía una tendencia a virar hacia un sector cuando las seguía, se desaparecía y al ver que no lo seguían regresaba con ellas pero en cada esquina hacía lo mismo, con ese qué más da del que hacemos uso en situaciones sin salida se dejaron guiar absolutamente por el perro que iba delante de ellas y solo se detenía para verificar que no lo perdieran de vista.
Evidentemente el animal conocía muy bien su recorrido y las dejó justo frente a la estación de trenes y con el tiempo preciso para abordar. Cuando ella me narró esta historia hizo énfasis en algo particular: los Angeles si existen y el ángel guardián de ellas hizo lo que tenía que hacer para mantenerlas a salvo.
A pesar de no tener una historia tan interesante como la de ella, cabe decir que cuando me la narró sonaba mucho más interesante que como aparece aquí, yo también creo en los ángeles, creo en su existencia y creo que Dios nos asigna uno que está pendiente de nosotros a lo largo de nuestro camino. No sé si han visto el comercial donde el ángel desamarra la trenza del tipo para que se agache y esquive sin intención una flecha dirigida a su cabeza, algo así son los ángeles para mi.
Este post lo dedico a esos ángeles que me he encontrado en el camino, en todas las etapas que he recorrido, a todas las personas que me han acogido bajo su ala sin ningún interés, a los que me recuerdan a pesar del tiempo, a quienes nunca llamé para decirles que los dejaba y que siempre me lo reprochan cuando chateamos, a ese que estuvo ahí cuando tomé una decisión que me cambió la vida y no solo me apoyó sino que también me brindó su hogar para continuar con paso firme, a los que todas las noches se preocupan por si he comido y si no lo he hecho pues me comparten su plato, también a los que me escriben mensajes solo para decirme que hace días que no nos vemos, a los que me traen sopa simplemente porque su esposa cocina delicioso, a aquellos que quieren enseñarme todas las cosas bonitas que conocen, pero sobre todo se lo dedico a los que me toleran y cada día me brindan su apoyo para continuar, esos son los ángeles para mi.