martes, abril 19, 2011

De La Seguridad En Los Aeropuertos

Me preguntan en la oficina que si por casualidad tengo una navaja, bisturí o algo parecido, me quedó pensando por un instante y digo que no, sin revisar mi maleta, porque acabo de llegar de viaje y el bisturí debe estar en la otra maleta ya que no existe manera de que haya pasado por la seguridad de los aeropuertos.

En la noche llego al hotel y voy a buscar el bisturí para echarlo al morral ya que generalmente lo necesito y me doy cuenta que no está donde debería estar, reviso mas maletas y lo único que se me ocurre es que nunca haya dejado el morral, lo reviso sin esperanza y lo encuentro con sorpresa: Pasé la seguridad de dos aeropuertos con un bisturí que tiene tres hojas y nadie me dijo nada!!!

Entiendo que haya pasado el primero, allí la máquina de rayos X está de lujo, pasaron el morral por un lado y solo una guardia me revisó con mucho detalle, algo molesta la señora, que abra bien los brazos, que abra bien las piernas, que media vuelta, que no he terminado; me pareció particular que cuando les pitaba el sensor a las damas por tener alambre en el sostén, se los tocara para verificar sin reparo alguno, un par hicieron mala cara.

Coincidencialmente, en la sala de espera estaba el alcalde de dicha ciudad y fue el primero en abordar, tenía un vuelo diferente al mío, pero si hubiera sido mi intención hacerle algún mal, probablemente lo habría conseguido y los celadores habrían chupado del bulto por lo menos por negligencia o hasta por cómplices.

Llegó al segundo aeropuerto y ahí la seguridad es más estricta, aparentemente, pasan el morral por los rayos X y yo por el umbral, como no suena la alarma me permiten recoger mis cosas e ingresar a la sala de espera. Será que en el escaner no se ven las hojas de un bisturí de tienda? Digamos que de pronto al pasar tanta gente por el terminal tratan de operar rápido para no armar trancones, independientemente de eso se supone que nada de eso debería suceder y además a veces molestan demasiado por otras cosas que generalmente consideramos irrelevantes.

Por otro lado podríamos considerar que mi cara de ángel no amenaza a nadie, o tal vez que como ni siquiera estaba enterado que llevaba eso encima pues no generaba ninguna sospecha, aunque no creo que sean como perros para oler el miedo.

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