sábado, marzo 05, 2011

De Una Santa Paloma

Debo aclarar que yo puedo ser cualquier cosa menos un alma de Dios, no es que sea lo más amable, o sociable, o agradable, o modesto, o sencillo, o desinteresado, o desprendido, o respetuoso del mundo; pero sea lo que sea, las personas a mi alrededor siempre sabrán a que atenerse conmigo, eso para mí es algo positivo.

Mi crudeza, que para mi es positiva, no parece ser vista de la misma manera por el resto del mundo, y de ahí parte que cuando hable de mi persona peque por creído, engreído, vanidoso o como usted lo quiera llamar.

La cuestión es que a pesar que estoy lleno de defectos, como usted, parezco una santa paloma al lado de otras joyitas que comparten el aire que respiramos. Y no me refiero al tipo que roba, mata o mete vicio, tampoco al que le pega a la mujer o es un depravado sexual, me refiero a aquel que logra sodomizar sicológicamente a otros sin inmutarse siquiera.

A esos que pueden poner el mundo de alguien más patas arriba con una facilidad envidiable, sobretodo a personas que uno nunca se imaginan puedan ceder de esa manera; no es que yo no pueda, no es que todos no podamos, es que yo no lo hago intencionalmente, no quiero, no debo.

Entonces por qué no apreciar mis virtudes en lugar de renegar de ellas? La respuesta es obvia: Porque siempre estamos insatisfechos, porque siempre queremos más, porque nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, porque nadie sabe lo que no tiene hasta que lo envidia, porque no hay que conformarse con lo menos peor simplemente porque es lo menos peor, hay que exigir, hay que pedir más como con los gobiernos.

Tengo lo mío, no soy una blanca paloma, no soy un alma de Dios, pero tampoco soy una oveja descarriada, no soy una monedita de oro ni tampoco soy un palito lleno de mierda, no todo el tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sencillamente, eres muy interesante y nadie es perfecto... AR