martes, mayo 24, 2011

De Meter Las Patas

Cometí un error de esos garrafales, de esos que no se olvidan, otro que recordaré la vida entera, de esos que a veces, cuando uno está pensando en pendejadas, vuelven a la mente para atormentarle el momento; afortunadamente ya aprendí a dejar el pasado atrás y seguir el camino, pero de todas maneras quedará en mi récord, algo muy cierto me dijeron hoy: Dentro de 30 años no podré decir yo nunca hice esto.

Errores cometemos todos, a cada momento, a cada paso que damos, la cuestión es que algunos, en el momento en que suceden, hacer pedir que el mundo se abra y nos trague. Tal vez cuando se vea en retrospectiva todo tome la dimensión correcta, pero lo que pasa es que no puedo ver el futuro, no sé qué pasará, solo vivo el presente, y el presente me dice que metí las de caminar, las metí tanto que estoy de barro hasta el cuello.

Yo afronto mis errores dando la cara y éste no ha sido la excepción, apenas me di cuenta le puse el pecho a la brisa y acepté la culpa, pero la reflexión para que no vuelva a ocurrir se debe hacer.

Ahora bien, esta reflexión no lo hago solo, otras personas a mi alrededor están conmigo, pero resulta que en lugar de tratar de levantarme el ánimo, porque la cagada ya no se puede solucionar; tratan de culparme absolutamente de todo y de minimizar la magnitud de otros factores que influyen en el error. Ellos están directamente involucrados, obviamente no apretaron el botón para que yo me equivocara, pero sí pudieron hacer muchas cosas para alejar el peligro, como no las hicieron pues tratan de esquivar las balas que en estos casos nos disparan a todos.

Entonces qué hacer? Pues nada, seguir adelante y cargar el lastre lo menos que se pueda, tratar de minimizar los riesgos, conocer los defectos y las virtudes, ser más precavido, disfrutar la vida lo más que se pueda, ser feliz, gozar hasta morir porque cuando la muerte llegue recordaré las cosas buenas y nada más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por eso eres valiente!... porque no todos pueden reconocer sus errores y enfrentarlos, simplemente huyen o se hacen los ciegos y sordos... AR

Anónimo dijo...

Sabes? El 10 de Abril pasado fue el concierto de Iron Maiden acá en Chile. Es la primera vez que tocan en el Nacional y es mi banda favorita. Mi viejo me había comprado las entradas para él y para mí pero esperaba encontrarme con un amigo de acá de mi ciudad y otros de Santiago. Me encontré con los de Santiago de milagro, todavía no me lo creo, como a las 4.00, el concierto esperaba hasta las nueve. La cosa es que, tal vez no tomé el agua suficiente, o no comí lo que debía, o fue el gasto de energía durante los teloneros, pero no resistí la presión que se hace en la cancha y decidí irme a tomarme un respiro (¡a 5 metros tal vez, del escenario, cuando ya estaba Iron Maiden!).
Mi papá me había llamado varias veces para que saliera de ahí, noté en el celular, y en un mensaje ponía: "Estoy afuera". Yo, no sé si tenía poco oxígeno en la cabeza, me salí del estadio.
Estuve como 30 minutos ubicando a mi papa porque él seguía adentro. Y lo que es peor, nos fuimos como si nada, y el concierto seguía sonando adentro. Estaba casi muerto, pálido me dice él. Y después de unos días de meditarlo, ahora me pregunto casi todos los días... ¡¿Por qué resta dejé ahí a mi banda favorita?! ¡¡Los esperé durante meses, ¿qué hice?!!

Hace unos días estuve buscando fórmulas para volver al pasado; no con física, con magia. Pero no se puede. No encontré forma, es muy complicado, entonces se me ocurrió hacer un trato con el diablo. No quiero, pero algo me obligaba a hacerlo: ese día. Y no tengo intención de vender mi alma, sino de burlar al diablo. Pero... no quiero... He cometido muchos errores, pero aún así, no quiero jugar con mi alma; y además, desde que pensé en ese trato, a partir de ése día he empezado a valorar más la vida.

Un día mi vieja me dijo que no valorar las grandes cosas que tenía, sino los pequeños momentos que vivía; así como las pelotas de tenis en un gran frasco dejan muchos espacios vacíos entre una y otra, pero sí el frasco se llena con muchos granitos pequeños.

Estos pocos días, he valorado mucho a mi vida, a mis amigos; a una amiguita se le murió su abuelita y, la he apoyado mucho, la quiero y en realidad a todos los demás... Descubrí que puedo enmendar mis errores, pero al recordar ese día, no puedo evitar querer volver (iban a grabar un DVD de el concierto). Han pasado muchas veces, pero ésta era una ocasión especial...

Aún quiero hacer este trato, pero hay dos fuerzas que me obligan hacia lados distintos. Estoy muy mal, es una decisión muy difícil, ya no quiero dejar estos días... ¿Sabes tú qué puedo hacer? Seguramente me responderás que no haga nada, que las cosas pasan, y sí, es aceptable; pero, está la otra fuerza, que es tan fuerte como la otra; me fui por algo tan estúpido, tengo un cargo de conciencia muy grande :/ Ayúdame porfavor si pudieras :)