lunes, abril 02, 2012

De Comportarse Como Un Man

En esta era de la tecnología de la información se hace más fácil adelantar relaciones, virtuales eso sí, para que se materialicen sin tanto rodeo, ya se ha caminado un gran trecho, se ha pedaleado como dijo un conocido, y tan solo queda concretar, o por lo menos eso pensaba.

La verdad es que indiferentemente de la virtualidad de la situación las mujeres no dejan de ser mujeres, quieren oír muchas cosas, quieren sentirse reinas, y escudadas tras un teclado son capaces de preguntar cosas que nunca preguntarían de frente.

También hay que admitir que nosotros también nos arriesgamos un poco más, igual si nos rechazan no tendrán que ver nuestros gestos, y luego podremos vernos como si nada; a menos que nos espíen la cuenta será un pequeño secreto que esperamos nunca se vuelva a mencionar.

Pero hay unas personitas que van más allá, buscan que cada mensaje entrante diga algo cada vez más atrevido, es obvio, se nota su ansiedad y nosotros caemos con facilidad, dejamos que la lengua siga el hilo de la imaginación y mientras ellas alimentan nuestras básicas necesidades solo con unos y ceros nosotros nos vemos actuando la mejor película porno de nuestras vidas.

Todo bien, todos conformes hasta que llega el momento de la verdad, cuando decimos: Nos vemos? Y ahí si viene el acabose, porque luego de trasnochar tratando de ser sutil y directo, tocando las mejores partes de su cuerpo con poemas digitales, nos dicen que ellas no se pueden comportar como un man, que no pueden simplemente acostarse con uno porque sí, que ellas tienen dignidad y no son unas cualquieras, que el novio, que la gente, que somos amigos, las mismas pendejadas que dicen de frente!!!

Luego de un par de investigaciones concluí que a ellas les gusta jugar con uno, sentirse deseadas, que generalmente esas conversaciones empiezan con la pura curiosidad, para saber hasta dónde puede llegar uno, qué cosas puede decir, y si es capaz de ser tan frentero como para ponerle nombre a lo que ya se sabe que uno quiere. Bonito experimento sociológico, lástima que siempre uno sea el que se queda con las ganas.

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