lunes, junio 12, 2006

Venezuela 1 - Colombia 0

Antes de relatar mi historia quiero aclarar que todo está basado en un hecho de la vida real (lamentablemente). También, si alguien se siente atacado por la narración me disculpo de antemano; entiendo que no todos los paisanos del personaje central son iguales, siempre existe una excepción a la regla aunque creo que la mayoría de las personas coincidimos en que casi todos son así.
Fecha: Sábado, Junio 12 de 2.0006
Lugar: El único centro comercial que existe en este pueblo
Motivo: Argentina - Costa de Marfil
Debido a las altas temperaturas que aquejan mi lugar de residencia y a la fiebre futbolera que se nos despertó este año me dirigí al centro comercial más grande que existe en el lugar donde vivo, hagan de cuenta que es como Galerías pero más pequeño, creo yo. En fin, me fui para allá porque quería ver en una pantalla medianamente grande y en la compañía de unas cervezas el partido entre Argentina y Costa de Marfil, sin hacer fuerza por ninguno de los equipos y con ganas de disfrutar de un gran juego.
Cuando me senté en la plazoleta central el lugar estaba medio vacío, en la mesa contigua se sentaron 3 individuos, uno de ellos bastante llamativo: Sombrero de fieltro blanco, lentes oscuros, cadena de oro al estilo traquetero y la camiseta oficial de Argentina. Mis primeros pensamientos me hicieron poner distancia entre los tipos y yo porque no quería quedar en medio de un fuego cruzado y también porque si este veneco se creía argentino pues se comportaría como ellos y no quería estar cerca de un autoaclamado dios.
Hacia el otro costado se sentó una pareja, la mujercita aguantaba y el tipo llevaba la camiseta oficial de Italia, no encajaba con el encuentro pero me pareció mejor que la del otro señor; apenas empezó el partido los 3 tipos se persignaron y el resto de las personas empezó a avivar a los africanos. Cada vez que Costa de Marfil se acercaba con peligro la gente hacía fuerza porque anotaran mientras los otros 3 hacían comentarios como: !Ese es Celso Ayala! !Ahí está Pelé... el mejor jugador del mundo! Esto último mientras enfocaban a Maradona. Yo solo podía pensar en la brutalidad de un venezolano para desear el triunfo de Argentina, Vendepatria!!! Animal!!!
Cuando Argentina anotó el primer gol los personajes se levantaron cuales hooligans y se felicitaron, empezaron a gritar, golpearon sus cervezas contra la mesa mientras se empujaban como jugadores de fútbol americano. De nuevo los insultos en mi mente y el deseo de un gol africano, mejor aún, los tres puntos para que se callaran y al mejor estilo argentino se fueran con el rabo entre las piernas, en la garganta tenía ganas de preguntarles por el 5-0 o porque habían partido de su natal Argentina a pesar de su acento entre venezolano y colombiano.
El segundo gol generó el mismo tipo de celebración, aunque el licor ya estaba haciendo su efecto y se entretenían más hablando con la pareja de la otra mesa que ahora los acompañaba que viendo el partido. Cuando Costa de Marfil anotó todo el mundo celebró como si fuera propio y los susodichos le restaron poca importancia haciendo cuentas de los minutos.
Antes de terminar el partido una impulsadora de una famosa cerveza realizó unos sorteos de unos vasos y bolígrafos entre los espectadores, todo iba bien hasta que escuché esta conversación:
- Impulsadora: El señor Hijo de dios y de #5t@ madre (nombre alterado por razones de seguridad)
- Hijo de dios y de #5t@ madre: No me culpen, me lo gané pero no soy de aquí
- I: De dónde es usted?
- Hd#m: Echeeee, sé que es muy arrecho que un Colombiano le vaya a Argentina...
Allí se me rebobinó la cinta como en las películas y todo encajó de una manera perfecta: tanta algarabía, tanto grito exagerado, unas reacciones fuera de cualquier proporción, una manera de vestir bastante llamativa; no sé cómo no lo noté antes, como siendo tan obvio no me di cuenta... tenía que ser un Costeño Colombiano.
El triunfo de Argentina no me molestó para nada, pero si mi derrota personal ante Venezuela en este encuentro no pactado, afortunadamente ninguno de mis amigos venezolanos estaba conmigo para recalcarme el comportamiento del boludo aquel, esta vez fui yo quien tuvo que irse con la cola entre las patas y como los narradores argentinos después del 5-0 reconocer que Venezuela jugó mejor...

1 comentario:

Anónimo dijo...

no le entendi y la neta me vale madres