jueves, noviembre 08, 2007

De la Impotencia y la Impaciencia

En estos días volví a sufrir de un mal que hace mucho tiempo no me aquejaba, caí de nuevo en la misma trampa por diferentes situaciones que ocurrieron en mi hogar y en mi segundo hogar: En mi trabajo. En estos días volví a sentirme impotente ante el mundo y caí de nuevo en la desesperación del que se ve atado de manos ante las cosas.

En otros tiempos yo era de esas personas impacientes, que se enojan por todo y no toleran a nadie, era prepotente y altanero, ahora no es que no lo sea, en realidad lo soy pero en menor medida; las cosas que viví, la gente que conocí y lo que aprendí de ellas me tiene en una faceta de mi mismo que nunca pensé encontrar, ahora mi aura está fortalecida y nada de los males que los demás crean a mi alrededor me perturban, excepto por lo que pasó en estos días.

Cuando uno se compromete con algo de manera desmedida tiende a salir defraudado, mejor dicho, quiero hacer algo en la empresa que va a mejorar los procedimientos y todo se viene al piso simplemente porque al jefe no le parece, no entiende razones ni escucha otras opciones viables, es algo que debe ser hecho y éste es el momento preciso pero no se le da la gana trabajar por su propio bienestar, ahí me siento impotente e impaciente y me frustro completamente porque no comprendo a las personas que se cierran a entender.

Había jurado que eso no me iba a volver a pasar, cuando se presentara una situación de éste estilo solo iba a continuar mi camino y ajustarme a los extraños deseos de los demás, pero por alguna razón esta vez no pude, no me contuve lo suficiente y odié al mundo por ser más egoísta que yo, me molesté de sobremanera y lo único que conseguí fue agriarme el rato como si a alguien eso le importara.

Lo mismo pasó contigo, con esas lágrimas inmensas que son como sacadas del mar por lo azules y lo grandes, pasa que sufres por lo que no debes y te tomas a pecho las cosas que no son contigo, pasa que no dejas pasar las cosas y las sientes como tuyas, sufres de pena ajena y cargas cosas que no te corresponde.

No te imaginas lo que daría porque dejaras pasar todo como pasan tus lágrimas, porque te liberaras de un peso que tu misma elegiste cargar, porque entendieras las cosas como hace un tiempo yo las empecé a entender, porque lograras hacerte responsable solo de lo tuyo y no de lo ajeno, porque te protegieras con mi manto y me permitieras ser tu guardián en estas noches de frío.

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