sábado, noviembre 24, 2007

De Vine, vidi, vinci

Una semana completa sin producción blogguera porque me enviaron de viaje de nuevo, estuve toda la semana bajo un intenso sol, sudando a más no poder y con ganas de darle más forma al post pasado, que valga la pena decirlo, nadie comentó ni hizo ninguna solicitud al respecto, excepto, eso sí, los directamente implicados a los cuales se les dará gusto en cuanto sea posible.

Como siempre, muchas reflexiones durante la ausencia, pero todas se me confunden y no dan para un escrito coherente, ojalá tuviera más acceso a estos medios por allá para poder plasmar todo lo que me pasa por la cabeza, se vio el partido en una sala de televisión comunal lo cual me hizo recordar por qué prefiero hacer estas actividades en el silencio de mi sala o habitación; no importa si se ganó legal o no, lo importante es el triunfo desde el punto de vista moral y por los punticos que siempre contamos con los dedos.

Con respecto al trabajo me mandaron con una mano adelante y otra atrás, pero aún así, se logró el cometido, echando a perder se aprende y estuve bien cerquita de hacerlo por esa vía, me metí un corrientazo por la lengua que aún me la tiene con picazón, errores de principiantes que espero no se vuelvan a repetir, lo importante no es tener las respuestas sino saber a quién preguntarle.

Me leí el comienzo del libro "El Evangelio Según Jesucristo" del novel José Saramago, tremendo escritor del cual no he estudiado ninguna obra, me gustó su narrativa y sobre todo el tema picante del libro, no apto para creyentes apasionados y sí para personas de mente abierta, eso que solo fueron unos poquitos capítulos, tremenda la descripción que hace del cuadro en el capítulo uno.

A la hora de la verdad uno solo no es nadie, sino fuera por las personas que lo acompañan y le colaboran jamás se conseguiría nada en la vida, a ellos mi gratitud, a esos ángeles ocultos que están ahí en el momento justo de miles maneras, me imagino que uno también cumple esa función para alguien solo que no se da cuenta, o más bien lo ignoramos así como ignoramos a quienes nos tienden la mano, de nuevo gracias.

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