martes, mayo 04, 2010

De Morir Y Renacer

Firmemente creo que la única obligación que se tiene en la vida, la única de la cual es imposible escapar, la única que realmente tengo que hacer, como dice la gente, y la que uso para aclarar mi desentendimiento con la vida es la muerte, la obligación de morir; de resto, todos los demás lastres que cargamos pueden quedar en el camino porque creo que el único deber que tenemos que cumplir es el de morir.

Ahora bien, el renacer, el reencarnar es una idea que siempre me ha llamado la atención pues considero que la vida es demasiado corta y deliciosa para ser una sola, así que anhelaba que al morir pudiera renacer con conciencia de mi vida pasada tal vez para cometer más errores, para arriesgarme más, definitivamente para gozar más.

Pero resulta que en la última actividad extrema realizada conocí esa experiencia de la que hablan las personas que son declaradas clínicamente muertas y luego vuelven a la vida, sencillamente vi mi existencia pasar sin aviso delante de mis ojos, para luego despertar de ese trance al escuchar el sonido de la red que me atrapaba, ni siquiera el golpe con la misma fue lo que me hizo regresar en mi, fue ese sonido tan particular que espero no olvidar.

Es imposible explicar lo que se siente, hay que hacerlo para conocerlo, cualquier intento es una pérdida de tiempo, es como la escena de La Esfera donde Jodie Foster es lanzada a través de ella y habla con su padre muerto que le dice una infinidad de cosas, eso es lo que ella piensa mientras que las personas a su alrededor solo ven su cuerpo caer por unos segundos y nada más, yo creo que es la manera más simple de verlo, aún no me he visto cayendo al vacío pero si vi a otras personas hacerlo, con la diferencia de que ya sabía qué se sentía.

Me dijeron durante las entrevistas que me veía tan blanco como un papel, no lo dudo, en las mismas digo que independientemente de la atracción mecánica a la cuál uno se suba la sensación de vacío sigue siendo la misma, la diferencia aquí radica en que solo eres tu contra el mundo, como en la vida la real, pero el golpe es mucho más suave.

Judas tiene razón en una cosa: Tengo la valentía para hacer una cantidad de cosas que no todo el mundo hace, pero no soy capaz de hablarle a una mujer.

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