viernes, febrero 15, 2008

De la Urna de Cristal

Este post contiene visos que a primera vista pueden parecer machistas.

Cuando me preguntan por mi mujer perfecta siempre respondo con un proverbio árabe que una vez leí en el periódico: Que tenga más de un metro de piernas, más de tres dedos de frente, que no crea todo lo que oye ni diga todo lo que escucha. Ahora me doy cuenta que a eso le debo añadir una característica: Que haya vivido en una urna de cristal hasta el momento justo en que me enamore de ella y sea correspondido.

Probablemente ustedes lo consideren algo tonto, pero no pueden juzgarme por anhelar que la mujer de mi vida haya permanecido en una urna solo para mí, que haya estado aislada de todo mal y que baje de allá para vivir la vida con toda intensidad solo a mi lado, que conozco de todas las cosas pero no porque las haya hecho sino porque se ha instruido lo suficiente para mi, lamento si no es del agrado de todos, total, es poco probable que esa persona exista.

Yo creo que lo que incomoda del pasado de los demás es no haber estado ahí, no ser protagonista y ver el brillo en los ojos de la otra persona recordando los momentos, pero sobre todo las personas, el ser el centro de nuestras vidas no es suficiente, también hay que ser el centro de los demás.

Es obvio que yo también he vivido cosas, solo que trato de dejarlas lo más atrás posible ya que es lo que le pido a quien está conmigo, lo único que rescato de ahí son las lecciones, las cosas aprendidas, la moraleja del asunto, lo demás es como el bagazo, el sobrante molido que ya no tiene sustancia.

No te imaginas lo que daría porque todo eso no te hubiera pasado, porque yo fuera tu pasado, tu presente y tu futuro, eso nos tendría las puertas abiertas, pero en lugar de eso ya ambos sabemos esto dónde va a parar.

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