miércoles, julio 30, 2008

Del Viaje al Centro de la Tierra

Y entonces de la nada surge una nueva personalidad, una agresiva y hostil, una que quiere matar y comer del muerto, un nuevo ser que es diametralmente opuesto al que estaba conmigo hace un instante, a la mariposa le salen uñas y dientes y una sed incontrolable de sangre que encuentra en mi, su gestor y creador, la primera y creo yo única víctima.

Ya todo había pasado a otro plano, se hablaban cosas interesantes que generalmente nunca se tocan, la sintonía era sin igual y prometía mejores momentos, prácticamente estaba bailando sobre las nubes acompañado de una melodía celestial y por supuesto de un ser angelical; evidentemente había olvidado que entre más arriba se sube más fuerte es el golpe cuando se cae y yo pasé del cielo al centro de la tierra.

Y las criaturas en el centro de la tierra son seres abominables, tienen muchas cabezas llenas de dientes afilados, con muchos ojos vigilantes en busca de una pequeña presa para engullir en uno de sus cuatro estómagos, son cazadores que no piensan, solo reaccionan; ahí estuve y ahí fui devorado sin piedad, vuelto pedazos de una manera brutal, casi no alcanzo ni a lanzar un grito agónico antes de morir.

Ahora me pregunto si vale la pena resurgir como el ave fénix, levantarse de las cenizas y continuar, esperando que todo regrese a la normalidad y luego de un tiempo visite de nuevo estas tierras que queman los pies al andar. No sé. De pronto como que ya me doy por vencido y me quedo dentro de las vísceras del monstruo para evitar ser aniquilado de nuevo. No sé.

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