martes, diciembre 09, 2008

De Los Años Maravillosos

Luego de un tiempo de antojo al fin me decidí a comprar ésta serie, The Wonder Years me permitió vivir una niñez paralela mientras disfrutaba la mía, y hoy, más de quince años después me transporta a ese tiempo, al tiempo de Kevin Arnold, a compartir sus dudas y comportamientos y a reírme recordando que también cometí sus errores.

Yo también me enamoré de Winnie Cooper, y la vi crecer con rapidez, siendo siempre más alta que nosotros, algo plana para mi gusto pero las expresiones en su rostro eran tan tiernas que solo inspiraba ternura y candor.

Evidentemente odiaba a Wayne, afortunadamente nunca tuve un hermano mayor que siguiera sus comportamientos, también, sufría con los choques entre Karen y el gran patriarca Jack, esos sí son algo familiares; pero me gustaba el espíritu libre de ella y como representaba el pensamiento de la época.

Hay una temporada en la que Kevin trabaja en una ferretería y el dueño es un viejo con mucho de viejo, pero capítulo a capítulo le da enseñanzas de vida que también tomé para mí; en una de esas el señor deja una venta de algo para una tubería de una señora porque le dice que ella debe saber si es agua "dura" o "blanda", Kevin no lo entiende y le recrimina al viejo y renuncia para siempre, al momento mismo en el que la señora regresa al final del día para confirmarle al señor que es agua dura y que por ese tipo de consejos nunca deja de ir a su ferretería.

Por último una frase del narrador: "... Cuando eres un niño eres un poco de todo: Científico, filósofo, artista. Algunas veces parece que crecer es renunciar a esas cosas de una vez."

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