viernes, diciembre 26, 2008

Del Viaje de Fin de Año

Ya pasó navidad y como es obvio se acerca el fin de año, me imagino que muchos de ustedes habrán salido a vacaciones y probablemente estén disfrutando de las festividades visitando a la familia o de turistas en cualquier lugar, no lo digo con envidia ni con desdén, yo también viajé, no por placer sino por trabajo pero viajé.

Tuve el placer de estar pegado a la silla de un autobús por 16 horas, aguantando frío, en una posición incómoda, pasando hambre y maldiciendo mi suerte; el regreso fue mucho mejor: 18 horas en la silla, sin tanto frío pero si muy incómodo, tanto así que tengo dolor de espalda y como siempre una de mis rodillas no está resistiendo el trajín, en este viaje no maldije mi suerte pero si consideré renunciar si la situación continúa así, y parece que no va a cambiar.

Lo mejor de todo es que parece que voy a regresar al mismo sitio, lo que significa que pasaré el fin de año sin mi familia, que lucharé por un puesto en el terminal de transporte, que trataré de llorar preguntándome por qué estudié ocho años si al final iba a seguir transportándome como cuando era estudiante.

Como nota curiosa en ambos sentidos viajaban varias personas de Venezuela, lo peor es que comentaban que seguirían la travesía por tierra y a pesar que las carreteras allá son mucho mejores que acá y también la topografía, no dejan de ser muchas horas metido en un maldito bus donde los olores y los ruidos son algo desesperante.

Si hace un año dije que el terminal de Bucaramanga merecía mi felicitación por su organización y estructura, pues ahora debo decir que el de Cúcuta es una mierda y me parece increíble que una ciudad de tanta importancia no tenga una mejor opción para el transporte terrestre.

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