miércoles, febrero 25, 2009

De Ser Como Ron Harper

Estoy seguro que todos han oído hablar de Michael Jordan, el astro de baloncesto y jugador más grande de todos los tiempos, también de los títulos que consiguió con los Chicago Bulls y por supuesto también de su fiel escudero Scottie Pippen. Los más expertos recordarán a Phil Jackson como entrenador de éste quinteto, ahora de Los Angeles Lakers, a Steve Kerr como el lanzador de triples y a Dennis Rodman como el mejor defensa y rebotero de la liga.

A quienes tal vez no recordaran, tal vez lo más versados sí, es a Tony Kukoc, el croata que venía de la banca y aportaba sus triples y dobles con toda la garra posible, uno de mis jugadores preferidos; y al menos discreto Ron Harper.

Ron Harper llegó de Los Angeles Clippers para conformar una de las mejores plantillas de la liga con los Bulls, y según tengo entendido era figura de su anterior equipo, líder en robos en tres temporadas y con un promedio de alrededor de 20 puntos. Si mal no recuerdo lo apoyaban la araña o el hombre araña o algo así porque era muy hábil con el balón tanto en el drible como en las penetraciones.

Pero cuando llegó a Chicago ya el entrenador tenía sus estrellas y una ofensiva basada en ellas así que su aporte servía para darle descanso a Jordan y una variación en el ataque al equipo. Recuerdo un partido donde marcó más de veinte puntos, cosas inusual para él que no pasaba de los diez y fue entonces cuando un comentarista explicó que su función era simplemente esa, darle un respiro a la estrella y aportar un poquito, solo un poquito, aunque tenía capacidades para ser otro anotador del quinteto simplemente se atenía a cumplir sus mínimas funciones sin sentirse agobiado.

Resumo todo esto porque anoche que no podía dormir y me puse a pensar en la cantidad de cosas que he dejado de hacer en la empresa, en como todo sería mejor si se aportara un poco más allá de lo necesario; entonces recordé a Harper y al importante trabajo del obrero que solo se limita a hacer lo que le dicen, prácticamente sin pensar, no porque no pueda sino simplemente porque no le dan la oportunidad ya que los focos se fijan en los demás, es como al león enjaulado que le abren la puerta pero no se atreve a salir porque desconoce totalmente lo que un día fuera su territorio.

No justifico en ningún momento esta actitud, no la considero ni buena ni mala, simplemente es una manera de actuar, de dejarse llevar por la corriente sin oponer resistencia. Me pregunto que pensará Ron Harper al final de su carrera, el haberse codeado con lo más selecto del baloncesto y saber que simplemente estaba allí para aportar un solo granito, no sé.

1 comentario:

don patatas dijo...

HARPER ERA UN GRAN DEFENSOR Y JUNTO CON EL MEJOR TRIO DEFENSIVO DE LOS 90 (RODMAN, PIPPEN Y JORDAN)ARMARON EL MEJOR EQUIPO DE TODOS LOS TIEMPOS.