miércoles, mayo 06, 2009

Del Minuto de Silencio

Hoy escribo en memoria de los caídos, de aquellos que hace un instante estaban entre nosotros y ahora ya no lo están, escribo para liberarme de esta zozobra que me embarga desde ayer que hicieron tremenda batida en la oficina y despidieron a varios compañeros, entre ellos a un colega del mismo rango.

La situación se asemeje a la escena del desembarco en Saving Private Ryan cuando a un soldado le disparan en la cabeza y el casco lo protege, se quita el casco para mostrárselo a su compañero y le pegan otro tiro que le vuela la tapa de los celos; también se parece a ese momento en el que viene una ñanga de frente y usted está seguro que lo van a robar pero en el último segundo el tipo cambia de idea y roba a la persona que está a su lado; en esta batida no he caído aún pero nadie me asegura hasta cuándo sobreviviré esta guerra desatada por la tal crisis.

No es que si me echan me vaya a morir de hambre, por lo menos podría regresar a vender zapatos, la cuestión es que se empieza un período de incertidumbre esperando el día donde se retomen actividades, volver a empezar a conocer el trabajo que se va a realizar y la gente y todo eso, a veces es mejor malo conocido que bueno por conocer, ya he pasado un tiempo en esta compañía y espero que el día que me vaya sea por decisión propia y no por las circunstancias que apremian.

Ayer le decía a mi compañero dado de baja, entre chiste y chanza, que por lo menos él se iba tranquilo para su casa porque tenía claro su momento actual, mientras nosotros, los que aparentemente nos quedamos estaremos pensando en el día en que la guillotina caiga sobre nuestras cabezas, a menos, claro está, que la crisis nos de un respiro y todo regrese a una aparente normalidad.

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