Me dices que ninguna de las personas que conoces actualmente te llama la atención, y eso que conoces muchas personas, me preguntas si será que tus estándares están demasiado altos, como si yo supiera qué es lo que quieres; me lo dices en la cara con una tranquilidad absurda, la que siempre te ha caracterizado y yo te escucho pero no te entiendo, estoy absorto en mis propios pensamientos...
Me preguntó por qué siempre me pasa lo mismo, si estoy pagando algún karma con las mujeres o más bien son cuotas adelantadas por algún mal que voy a hacer en el futuro. Sea cual fuere la razón no me gusta la situación, preferiría que las cosas diferentes pero lamentablemente las estadísticas indican que nada va a cambiar.
Regreso a mi cuando escucho que dices que nosotros somos amigos y si algo pasara podría cambiar nuestra relación, que todo es tan lindo que no vale la pena arriesgarlo por una simple posibilidad, suena igualito a las telenovelas, copiado tal cual y me imagino que mi rostro tiene la misma mirada de estúpido que ponen los tipos del seriado cuando les leen el parlamento.
Regreso a mis pensamientos para preguntarme por qué las mujeres creen que la amistad se puede entorpecer con algo de sexo, creo que tiene que ver con que ellas ponen el corazón en la cama, aunque los hombres nos referimos a sexo sexo y ellas como que no entienden la diferencia de ese acto con el amor.
Mientras tu balbuceas no sé que cosas yo decido echarle tierra al asunto, pase lo que pase en este momento doy por cerrado el caso y sentencio todo con la ausencia de una relación diferente a la actual en un futuro, próximo o lejano. No soy amante de las segundas partes y menos de la continuación de algo que no comenzó, en estos casos las cosas no son cuando tu quieres sino cuando yo quiero.
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