domingo, noviembre 15, 2009

De Mirar A Los Ojos

Me dice que es una descortesía no mirar a los ojos, o por lo menos a la cara, cuando se responde una pregunta, argumento que soy una persona muy tímida, y luego de considerarlo con calma, baso mi defensa en lo que ella hubiera creído si me comporta como todo un playboy, no es que lo sea, pero soy lo suficientemente estúpido como para soltar varios comentarios fuera de lugar.

Le digo eso porque la vieja aguanta, aguanta mucho más que varias de las que andan por ahí, y estoy seguro que ella lo sabe, tiene esa vanidad natural femenina agrandada porque se siente la abeja reina, no la culpo, pero mi comportamiento ante esos especímenes es la indiferencia total, tal vez algún día, un tipo de vieja como ese se fije en que no me arrodillo ante su presencia y se sienta atraído por ello, soñar no cuesta nada.

Hablamos de múltiples tonterías y trato de evitar los silencios incómodos preguntándole acerca de su vida, dejo de lado lo obvio, lo que hace que las mujeres piensen que somos ridículos, además tengo la sensación que ella tiene novio aunque nunca me da una pista durante la conversación, es más, pareciera que quiere quedar conmigo en algo pero anulo esos pensamientos porque tiendo a malinterpretar. Ya cuando la despedida es inminente me envalentono y le pido su número, me lo da sin complicaciones y me pide el mío, hablamos si algo.

Llego a la casa y me siento tentado a llamarla para saber si llegó bien, pero lo considero algo intenso, así que olvido el encuentro mientras me cuestiono acerca de si ella tomará la iniciativa.

Pasa la mañana sin mucho afán y ya cuando estoy saliendo de la ciudad entra la tan deseada llamada, igual no lo tomo de manera personal, es solo una vieja desparchada en una ciudad que no conoce y cualquier recurso para matar la soledad es bueno. En vista de la imposibilidad física de encontrarnos le digo que nos veamos al final de la tarde, en cuanto esté de regreso. Cuando la llamo ya dispuesto me dice que está cerca a mi casa pero con unos amigos y que tales, que igual no importa que si quiero ir no hay problema, rechazo sin demora la propuesta porque me parece que en esa situación uno termina sobrando, rodeado de tipos que no conoce mientras la única conocida es el centro de atención porque está de visita.

Lo único que me pregunto mientras redacto este post es si existe una mínima posibilidad, solo ella lo sabe, mientras tanto, el látigo de la indiferencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ella lo sabe pero sino muestras interes no t lo dira!! iri@n@