De Una Extraña Navidad

Sin siquiera llegar a pensarlo terminé celebrando la Navidad con quien menos era posible, mucho trago, mucha charla, poca algarabía pero con el ánimo arriba como para celebrar hasta que no se pudiera más.

Me estaba amargando al principio porque no tuviste el mínimo detalle de llamar a saludar, y eso que yo, en contra de mis costumbres, intenté hasta altas horas de la noche. A la hora de la verdad eso solo confirma mis sospechas hacia ti, lo que pasa es que aún cuando vamos cayendo por un barranco queremos creer que nada nos va a pasar.

Aparte de eso se habló con los amigos, también con la familia, para decirles a todos lo mucho que se les aprecia, eso sí, con los cinco sentidos puesto en su sitio a pesar de la duda de David; aunque sea una vez al año se le debe decir a los seres queridos cuánto se les ama en un buen estado de juicio, borracho también es bonito pero a la hora de la verdad no es lo mismo.

Al otro día en un estado deplorable para continuar en un plan igual de bizarro, de todas maneras muy gracioso, bien atendido pero algo peligroso, definitivamente Dios cuida a sus ebrios, eso sí prometo no volver a tomar hasta abrilllrrrrr... Hasta abrirrrr la próxima botella!!!

De una vez adelanto deseos de próspero año 2010 porque nunca se sabe...