lunes, febrero 26, 2007

De las Cuentas del Sexo

El viernes en la noche me volví a repetir, como por octava vez, "Four Weddings and a Funeral", una de mis películas preferidas por distintos motivos, pero sobre todo, por identificarme con Charles, el personaje de Hugh Grant. Evidentemente, mi escena favorita sigue siendo el entierro de Gareth, tanto así que aquí publiqué el poema de W. H. Auden que declama su amigo Mathew; pero en mi extraña fijación por esta escena había dejado atrás otras tan buenas como esta:

Charles y Carrie (Andie MacDowell) están en un café luego de haber visto el traje de novia de ella, por una u otra razón empiezan a hablar de sexo y ella va haciendo cuentas de la cantidad de amantes que ha tenido a lo largo de toda su vida, a los diecisiete ya va por siete compañeros sexuales y los va calificando con las palabras adecuadas según sea el mérito, no deja atrás un ménage à trois, lo que uno llamaría matar dos pájaros de un solo tiro, como tampoco obvia a Charles ni a su actual prometido.

La cuenta la lleva a cabo con una sencillez envidiable, pero sobre todo son los calificativos que utiliza los que más me sorprenden, son como las palabras precisas y uno llega a identificarse plenamente y a entender a qué se refiere con cada uno de ellos. Por el otro lado está Charles y sus preguntas ingenuas, esa expresión en su rostro que denota estar matemáticamente lejos de su amiga y que personifica de manera magistral nuestro estado de ánimo si estuviéramos en la misma situación.

Cuando Charles le declara su amor a Carrie, le aclara que solo se ha acostado con nueve personas, mientras ella terminó su cuenta en treinta y tres, pero que aún así está "como enamorado". La cuestión aquí, para mi, no es la abultada diferencia a favor de ella, al fin y al cabo es una mujer por sus treintas, bonita y exitosa; sino las pobres cuentas de Charles, teniendo en cuenta que es un hombre por sus treintas, sin atractivos y fracasado.

Además no me parecen tan pobres, puesto que me acerco bastante a esos números y así como van las cosas sin posibilidades de adicionar nada a mi haber, antes que piensen cualquier cosa no existe ninguna explicación fisiológica para mis carencias, simplemente no hay razones para acreditar mi baja producción por así decirlo. Tampoco he estado falto de oportunidades, simplemente tengo otros criterios con un estándar bastante alto y pues ponerlos en práctica me han permitido dejar pasar las poquitas posibilidades que he tenido, no me voy a ufanar de algo que no soy.

En este momento no me preocupa la falta de sexo, que de por sí ya lleva bastante tiempo, total espero salir de ella algún día, lo que si me preocupa es la falta de una mujer con la cual pueda proyectar romper este celibato no deseado; pongámoslo así, no me preocupa no tener sexo esta noche sino no tener a alguien para hacerlo en un futuro próximo. Eso si me altera, ya que me conozco lo suficientemente bien como para saber que mi rutina no me permite ampliar mis horizontes y pues encerrado en lo mismo no van a golpear mi puerta pidiéndome una noche de pasión.

Puesto que la cantidad es irrisoria pues me consuelo con la calidad de las cosas que he hecho, si como no, realmente no me consuelo con nada, anímicamente hablando, lo único es que estoy en una etapa de mi vida donde las preocupaciones son mínimas y puedo hablar al respecto, reirme de todo y sobre todo publicarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que no te haya llegado la oportunidad que te llegue una mujer tocandote la puerta pidiendo una noche de pasión no quiere decir que quiza no pueda suceder! ir!@n@