viernes, agosto 15, 2008

De Malas en el Juego, de Malas en el Amor

Había olvidado por completo este leimotiv en mi vida, últimamente que ando en la onda de la felicidad y sin preocupaciones lo había dejado de lado, pero con la "pela" que me dio mi compañero ayer jugando guayabita recordé que a veces no se gana y otras veces se pierde.

Para los que no conozcan la guayabita es un juego de azar que se juega con un solo dado, si en el lance se saca uno o seis se pierde automáticamente y se debe pagar el mínimo apostado, si sale cualquier otro número se tiene la oportunidad de lanzar de nuevo y para ganar se debe sacar más que en el tiro anterior, por ejemplo, si primero sale un dos se necesita cualquier número entre tres y seis para llevarse lo que se apueste; les cuento que saqué muchos dos pero luego no era capaz de superarlos.

Nunca me he considerado una persona con suerte, por eso me mantengo alejado de los juegos de azar, trato de ser prudente con el dinero porque en estos casos se me escurre entre los dedos como agua, pero ayer fue una oportunidad para matar el tiempo, además la adrenalina que fluye en esos momentos tiene mucho de adictiva y retar al destino siempre es interesante.

Lo interesante de este juego es que no se pierde contra la otra persona, en el sentido estricto de la frase, más bien, se pierde contra uno mismo ya que el único que decide cuánto apostar y además lanza el dado es uno, así que no hay a quien culpar. No me puede quejar si perdí conmigo mismo, lo único es que "migo mismo" y yo nos quedamos sin la plata.

1 comentario:

Ivan Andrade dijo...

Yo trato de mantenerme alejado de los juegos de azar, pero no por falta de suerte, sino porque tiendo a hacerme adicto y no quiero perder la platica.

Suerte.