Medio ebrio medio prendo, más lo uno que lo otro, medio preguntándome qué estoy haciendo y las consecuencias de mis actos, rogando a Dios por llegar sano y salvo a mi destino, tratando de tomar todo con la mayor calma posible, evitando un accidente con consecuencias catastróficas y pensando en redactar este post mientras maniobro por el centro montado sobre una bicicleta.
No era ni la Casa Rosada ni el Palacio de la Moneda, era el mismísimo Palacio de Nariño, el Archivo Distrital, la Luis Angel y yo tratando de aparentar mi estado de gravidez; nunca me imaginé que haría este recorrido conduciendo la bicicleta de mi mejor amigo, hacía no sé cuántos años no visitaba el centro y estar ahí, así como lo estuve es digno de narrar.
Entre todo el viaje no fue malo, bastante largo por la distancia que había que recorrer y además que no estaba como para acelerar mucho, solo me caí una vez y eso por dármelas de artista, me duelen las posaderas eso sí de tanto estar en esa posición, considerando que hacía como diez años que no andaba en bicicleta pues el balance solo puede ser positivo.
Definitivamente Dios cuida a sus borrachos, no es la primera vez que lo compruebo pero si espero que nunca deje de pasar, definitivamente la vida es para vivirla, tomé una decisión que desde el principio sabía no era la correcta así que solo me visualizaba en mi meta como quería estar, también las cosas que iba a escribir aquí y las ciclovías de los domingos que voy a conocer.
1 comentario:
Pues mas que todo incluso sobrio esos lugares son bastante p[oco recomendables para andar por hay descuidadamente.
Mas si es la luis angel y mas alla la Salle.
Tuvo usted mucha suerte.
No intente repetir esta proeza porque podria ser fatal, la suerte no debe ser tentada.
Saludos
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