Nos reunimos para la despedida de Jhon Fredy que regresaba a Chile y también para celebrar el cumpleaños de Christian que cada día ve más cerca los 30. El sitio no es uno de mis preferidos, no porque sea malo sino porque siempre nos vamos de pérdidas ahí, muy buena salsa para bailar pero terminamos haciendo lo mismo que en cualquier chuzo, o por lo menos yo, total, se presentaba César Mora y su orquesta María Canela y pues valía la pena intentar.
Siempre son muchos los llamados y pocos los elegidos, por eso estuvimos los de siempre, los que queríamos estar, el resto tendrá sus razones que no vienen al caso. ¿De qué se perdieron? Realmente la orquesta es muy buena, sus canciones y los covers que hacen son excelentes, fue una agradable sorpresa, me gustó la niña que tocaba el trombón, tal vez por ser la única mujer o tal vez por su manera de manejar el instrumento, no lo sé.
Para resaltar encontrarme cara a cara con la niña de la novela que les había comentado, reitero lo dicho, se ve igualita en persona, el mismo rostro y las mismas tetas, eso sí, tiene más trasero una gato erizado que ella, pero ni modo, estaba con el rasta ese que presenta no sé que cosas y otra gente de su novela pero me miró un instante de pies a cabeza y eso estuvo bien. También la amiga de Jhon fue un highlight, barro que el pendejo ese no la atendiera como es debido por andar pendiente de una jirafa recién conocida en el chuzo.
Y eso mismo también fue otro lunar, al final, por irse con la jirafa no apareció nunca en el apartamento de Christian y entonces no nos pudimos despedir, para reivindicarse de ese hecho tendría que hacer que la amiga me llamara, vamos a ver cómo gestiona eso. Balance positivo para jornada, ojalá lo que creo que pasó en el apartamento solo sea algo de histeria mía y nada de cierto, tenía que correr un riesgo pero valió la pena, ojalá las consecuencias sean mucho más satisfactorias.
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