martes, noviembre 16, 2010

De La Crónica De Un Viaje: Epílogo

He tenido ésta vaina muy abandonada, todo por causa del trabajo, me siento mal por eso pero siempre ando tan cansado que ya no me da la nota para escribir. Lo que necesitaba eran unas vacaciones, y sí que me las he dado, es tanto que a partir de ahora tengo mucho que contar a raíz de ellas, por eso mismo esta entrada es un epílogo: Porque hay mucho para narrar.

Luego de muchas deliberaciones y con la ayuda de Javier se definió la ruta: New York, Toronto y Montreal, intermedias y alrededores; la idea es aprovechar lo más que se pueda el tiempo ya que falta otro año para las próximas vacaciones y no todas las veces me puedo dar el lujo de hacer un tour de este tamaño.

Como nada es gratis en la vida hay que encontrar la manera para ahorrar mis centavos, empezamos por lo básico: El pasaje. Definitivamente la mejor opción es Spirit. Resaltan unas fechas cercanas a su fecha de viaje donde se consigue más barato el tiquete, así que esa es mi primera modificación al itinerario, más días de tour. Sale de Bogotá en la tarde y existe la opción de llegar a New York a media noche o a la madrugada, todo depende de la hora a la que se quiera tomar la conexión en Fort Lauderdale. Como igual voy a amanecer en un aeropuerto prefiero hacerlo en LaGuardia, tiene más nombre y pues es New York, pero ya les contaré por qué no fue la mejor opción.

El día del viaje ha llegado y me presento en ventanilla a la hora más o menos normal, cosa que tampoco es la mejor idea puesto que como colombianos no obedecemos mucho las reglas así que mientras espero en la fila veo gente que saca libras de café, papas fritas, galletas y múltiples comestibles de la maleta que van a chequear para pasarlos a su maleta de mano, así que ambas terminan pensando como dos arrobas; imagínense esa escena con casi todas las personas en la fila, retrasa la hora de abordaje considerablemente, así que si usted no es uno de esos, o si lo es, mejor llegue temprano para que ande relajado.

En cabeza de pista un retraso de casi media hora que disfruto durmiendo y luego de casi cuatro horas en Miami. El viaje sin contratiempos, pero el avión es mochilero y me raspo las rodillas con la silla de adelante, definitivamente se recibe lo que se paga, además la emoción de llegar hace todo más digerible. En Fort Lauderdale corra para inmigración, a recoger las maletas, qué es la comida que lleva, póngalas en la banda y de una para el otro avión porque los están esperando; como dijo la pereirana que iba a mi lado: Ni tiempo me dieron de ir al baño y no he ido desde esta mañana.

Tres horas después se ven las luces de Manhattan, busco la estatua de la libertad pero no la logro ver y ahora solo queda aterrizar. Breve la vuelta en el aeropuerto pero todo el mundo tiene o quién lo recoja, o se va en un taxi, mientras yo me quedo absolutamente solo y esperando que en algún momento la gente de seguridad me diga que no puedo dormitar ahí.

Por eso me parece mejor la otra opción, la de tomar la conexión a la madrugada, porque le reciben la maleta, probablemente haya más gente esperando con usted, nadie lo puede echar porque así es el itinerario que propone la aerolínea, no importa si llega tarde porque tiene tiempo de sobra, lo único que tiene que hacer es buscar su lugar para dormir y esperar su vuelo, al fin y al cabo va a llegar madrugado a New York que fue lo mismo que yo hice.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En todo Colombia se esta disfrutando con una Sprite y celebramos que apoyen el arte urbano http://bit.ly/SGraffitiCalimod