lunes, noviembre 29, 2010

De Niagara Falls

Un sol encantador me despierta, ojalá se mantenga así todo el día. Me dirijo a la estación del tren que queda muy cerca al hostal, reclamo mi tiquete en la máquina automática y hago la fila que todo el mundo hace.

Subo al tren y me encuentro con unas instalaciones verdaderamente acogedoras y limpias, parece que será un bien viaje, ojalá, porque de eso depende el ahorrarme muchos pesos en el regreso de Montreal a New York. En la banca que queda a mis nueve se sientan una pareja de asiáticos muy jóvenes, con pintas corridas como las que muestran en las películas, pelo de colores y pantalones raídos, toman muchas fotografías como los de las películas y los envidio por un momento.

El aparato se mueve a paso lento pero seguro, con un ritmo interesante, además me encuentro con mis audífonos en la maleta y mucha música en el celular, no se imaginarán lo bien que se siente andar en tren, ver el paisaje y escuchar a Sui Generis de fondo, para subirle el ritmo también suenan U2 y Orishas que hacen lo propio.

Llegamos a Niagara Falls y salgo de la estación caminando hacia donde me imagino deben estar las cataratas, el pueblo se ve bastante tranquilo, caminar la avenida me sienta bastante bien, muchas fotografías porque cada rama llama mucho la atención hasta que por fin me encuentro con el Velo de Novia, es muy bonita, pero no tanto como la herradura, y dicen, los que conocen, que no tanto como Iguazú o El Salto del Ángel, tocará ir para comparar de primera mano.

Entro hasta los túneles detrás de las cataratas, también a una función interactiva y sigo tomando muchos retratos, todo es muy limpio, seguro y bonito, me llama mucho la atención como han comercializado el pueblo para que la belleza no sea simplemente de la naturaleza, para que el turista se quede y gaste mucho dinero, el casino, las atracciones; de todas maneras pienso en que el pueblo es como el oropel, muy bonito a primera vista pero me parece que luego de unos días debe ser aburridor, no parece haber mucha actividad aparte de lo turístico que se recorre con tranquilidad durante las horas del día que hay entre las reservas del tren.

Camino de nuevo hacia la estación al filo de la tarde, no alcanzo a ver la iluminación que ya está instalada, me queda faltando eso, pero éste día se apunta de lejos entre los mejores del paseo, se lo recomiendo de veras, es algo nostálgico y bohemia, definitivamente la naturaleza consigue llevarnos a un nivel que no muy seguido logramos alcanzar.

Llego de noche a la hostal y no está Danny, hay otra vieja en la recepción y decido que mañana pagaré, tengo tiempo de sobra...

1 comentario:

Anónimo dijo...

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