Dijiste que a diferencia de la mayoría de las personas, tu preferías saber la trama y el final de la película antes de verla, evidentemente, yo hago parte de esa gran mayoría que prefiere no saber y simplemente ver como es el desenlace de todo.
Creo que esa misma afirmación aplica a lo que nos pasa, ya conozco el final y por ende no disfruto a plenitud este momento especial, es obvio que no sé cuándo va a pasar pero seguro si estoy de cómo va a terminar, eso le resta mucho a lo que vivimos y a veces me hace reflexionar acerca del presente.
Creo que tu no conoces el final y a pesar de eso esperas que no llegue, ansías que sea eterno y jamás nos enfrentemos a la cruda realidad, a veces es tan fácil vivir esa ilusión y negar con toda la razón que la situación es otra, somos nosotros mismos quienes nos encargamos de alimentar estos sueños y de creer en ellos con todo el corazón.
A mi manera de ver, saber como termina todo le resta fuerza a las acciones y las decisiones, se es completamente consciente que a pesar de todas las buenas intenciones todo terminará en lo mismo, tal vez ahí es el único momento donde el destino está escrito, en los otros momentos somos presas de nuestras propias decisiones y cada instante es decisivo y determinante.
Es obvio que nuestro final no está escrito, pero creo que ambos sabemos como va a terminar, igual disfrutamos del tiempo juntos y nos nos preocupamos por el adiós, muchas cosas pueden pasar y todo quedar de cabeza, pero de manera implícita no lo queremos y preferimos confiar en que todo será como ha de ser.
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