La peregrinación a Venezuela sirvió para cambiar mi manera de ver las cosas, mi manera de pensar y reflexionar acerca de tantos asuntos de los cuales me quejaba a lo largo de la vida.
Pero en todo este tiempo no había tenido la posibilidad de poner a prueba mi nueva disposición, todo era solo teoría y nada de práctica, y bajo esa premisa pues nada saldría mal porque nada estaba sucediendo.
El fin de semana fue de nuevo una oportunidad para sorprender a las personas con la actitud, con las preguntas y con las respuestas, entonces, debido a la facilidad de la palabra, las personas a mi alrededor se vieron atraídas por los pensamientos y de ahí a las acciones no lo medité mucho.
Siento que al fin pasé la prueba que estaba buscando, me sentí más libre en las acciones y no me arrepiento de lo hecho, sin cargos de conciencia y sobre todo sin complicaciones, más abierto a recibir negaciones para ganar en experiencias.
Tampoco es que haya hecho y deshecho, pero me gustó la simpleza en la situación, un amigo me dijo que me lo tomara con calma, que la vida me tenía guardado algo muy bueno, creo que tiene la razón, pero ya me decidí a seguir viviendo mientras eso bueno llega, si me ha de pasar factura que sea por algo que me haga reír mientras me reclama.
1 comentario:
Asi sera dieguito, tu mereces lo bueno, haces bien y eso recibes!..ir!@n@
Publicar un comentario