miércoles, marzo 28, 2007

De Canadá y Otros Destinos

La mitad del tiempo que he vivido en la capital lo compartí con una prima y su esposo, mi familia no es ejemplo de unión y tal vez con ellos existe el lazo afectivo más estrecho, los conozco como pareja desde hace mucho tiempo, compartimos ideas y gustos, además él es maestro en bellas artes y todo eso me llama mucho la atención, entonces a medida que ha pasado el tiempo nos ha permitido acercarnos más.

Durante mi viaje nos cruzamos algunos correos y ahora que regresé me enteré que estuvieron tramitando su residencia para ir a vivir a Canadá, ésta semana tuvieron su entrevista en la embajada y todo salió de maravilla, tanto así que ya el viaje es un hecho y se hará realidad el próximo año.

Me alegro por ellos, porque forjen su futuro y se atrevan a dejar todo atrás como buenos aventureros, se van en busca de eso que hace tiempo perdimos acá, de la seguridad para sus hijas, de una estabilidad laboral que cada vez está más lejana para los colombianos, se alejan de los trancones, de las agresiones, de una pobreza generalizada, pero también, de su familia, de sus costumbres, de su clima y de éste país tan maravilloso.

Yo ya estuve por fuera un tiempo y conozco algo de las dificultades, de adaptarse a un idioma, a otras costumbres, a otro clima, a hacer algo para lo cual no te preparaste, pero sus razones son más que válidas y eso es lo que motiva a miles de colombianos a arriesgarse de esta manera. Cabe decir que la fama de Canadá como país es sorprendente y la decisión tampoco es tan difícil de tomar si se tienen las ganas.

La cuestión es que hablando de la entrevista y el papeleo me preguntó de nuevo si yo ya había tomado una decisión respecto a emigrar de nuevo, que si me voy con ellos y afrontamos todo juntos como lo hicimos cuando yo llegué a ésta ciudad. Desde que regresé en mi casa se ha hablado mucho de esta posibilidad ya que las perspectivas no son buenas, no hay esperanza de trabajo y a medida que pasa el tiempo nada mejora.

Consideramos Australia como otro buen destino, aunque no hay lugar como el hogar, luego de haber vivido mi experiencia pues no tengo los mismos anhelos de siempre porque entiendo las dificultades que se avecinan, ahí es uno sólo contra el mundo y la fuerza mental y la suerte juegan un papel fundamental. Cada día que pasa sin tomar una decisión es un día que se pierde para efectuar todos los trámites, es otro día desempleado y revisando ofertas de empleo, esperando que el teléfono suene con una oportunidad para mi.

Cada día que pasa es un día que se va y nunca regresará, el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

asi es dieguito,pero las esperanzas son las ultimas que se pierden,vente para venezuela,t deseo lo mejor,t envio un abrazo