Ayer fue un día muy muy bueno, no voy a decir que estuvo al 100% perfecto pero por lo menos dos de las actividades principales fueron bastante provechosas, les saqué el mayor jugo posible y sobre todo, las disfruté.
En primer lugar dirigí la conferencia que tenía planeada acerca de un programa que manejo, fue un éxito completo, la gente me aplaudió con ganas y pues al parecer quedaron satisfechos con lo que traté de transmitir. Eso sí, no cobré un peso por la conferencia, pero es mi manera de agradecer a la comunidad por las cosas buenas que he recibido de ella, creo que el conocimiento nos hace libres y que es esa ignorancia la que nos tiene sometidos como latinoamericanos; además si es software libre pues nada está oculto para nadie así que a la gente que asistió a la conferencia les facilité un camino que ya recorrí y los orienté en su búsqueda de soluciones.
Realmente me gustó la sensación de impartir conocimiento, hace tiempo no daba una conferencia como experto y pues al principio me temblaban la voz y las piernas, pero luego de las primeras frases me fuí soltando y me sentí como pez en el agua; ojalá se repita la experiencia, con la posibilidad de conocer más gente con buenas ideas y que me pueda anexar a sus proyectos y por qué no hasta cobrando.
Luego de la conferencia pasamos a la parte más íntima, la ví de nuevo como estaba presupuestado, un beso sincero de saludo, me reconoció de inmediato y se acercó para darme una voz de aliento antes de comenzar la conferencia. Luego de tres horas y media de haber hablado sin parar, se unió de nuevo al grupo y la tuve cerca, aunque no tan cerca como la vez pasada, eso me dio pie para analizarla con más calma; evidentemente sus ojos y su rostro me tienen impactado, aunque con respecto a lo otro no está tan despampanante como lo relaté, lo cual no significa que no me siga gustando.
Habló un poco de su experiencia laboral, interesante, dijo algo que me tiene pensando: "... amo mi trabajo y amo a mi familia." No especificó quíen es su familia, pero si recibió algunas llamadas a las que contestó en voz muy baja, entonces pues no sé, ando con duda acerca de mis posibilidades aunque el tiempo y la cercanía me permitirán enterarme de lo que quiero saber. Luego de la reunión un mal chiste mío y aunque ella no me estaba prestando atención escuchó lo que dije e hizo la queja respectiva, otra beso sincero de despedida y nos veremos el fin de semana.
Ahora que hago un repaso mental de la situación me pregunto si su posición física era un signo que debía interpretar, la manera de acomodarse el cabello y sobre todo esa mirada profunda cuando se dirigía a mi o me prestaba atención. No sé.
En primer lugar dirigí la conferencia que tenía planeada acerca de un programa que manejo, fue un éxito completo, la gente me aplaudió con ganas y pues al parecer quedaron satisfechos con lo que traté de transmitir. Eso sí, no cobré un peso por la conferencia, pero es mi manera de agradecer a la comunidad por las cosas buenas que he recibido de ella, creo que el conocimiento nos hace libres y que es esa ignorancia la que nos tiene sometidos como latinoamericanos; además si es software libre pues nada está oculto para nadie así que a la gente que asistió a la conferencia les facilité un camino que ya recorrí y los orienté en su búsqueda de soluciones.
Realmente me gustó la sensación de impartir conocimiento, hace tiempo no daba una conferencia como experto y pues al principio me temblaban la voz y las piernas, pero luego de las primeras frases me fuí soltando y me sentí como pez en el agua; ojalá se repita la experiencia, con la posibilidad de conocer más gente con buenas ideas y que me pueda anexar a sus proyectos y por qué no hasta cobrando.
Luego de la conferencia pasamos a la parte más íntima, la ví de nuevo como estaba presupuestado, un beso sincero de saludo, me reconoció de inmediato y se acercó para darme una voz de aliento antes de comenzar la conferencia. Luego de tres horas y media de haber hablado sin parar, se unió de nuevo al grupo y la tuve cerca, aunque no tan cerca como la vez pasada, eso me dio pie para analizarla con más calma; evidentemente sus ojos y su rostro me tienen impactado, aunque con respecto a lo otro no está tan despampanante como lo relaté, lo cual no significa que no me siga gustando.
Habló un poco de su experiencia laboral, interesante, dijo algo que me tiene pensando: "... amo mi trabajo y amo a mi familia." No especificó quíen es su familia, pero si recibió algunas llamadas a las que contestó en voz muy baja, entonces pues no sé, ando con duda acerca de mis posibilidades aunque el tiempo y la cercanía me permitirán enterarme de lo que quiero saber. Luego de la reunión un mal chiste mío y aunque ella no me estaba prestando atención escuchó lo que dije e hizo la queja respectiva, otra beso sincero de despedida y nos veremos el fin de semana.
Ahora que hago un repaso mental de la situación me pregunto si su posición física era un signo que debía interpretar, la manera de acomodarse el cabello y sobre todo esa mirada profunda cuando se dirigía a mi o me prestaba atención. No sé.
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